El insólito currículum de una chica rarita

Mar Bosch vuelve a sorprender con su segunda novela, 'Les generacions espontànies'

Mar Bosch.

Mar Bosch. / JOAN PUIG

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Hace cuatro años, Mar Bosch (Girona, 1981) se presentó con ‘Bedlam’, premio Just Casero: una novela corta en que el invierno llegaba a un pueblo con nombre de manicomio decimonónico. Vuelve ahora con su segunda novela, ‘Les generacions espontànies’ (Edicions del Periscopi). De nuevo una fiesta de felices juegos verbales, fantasía grotesca, rarezas extravagantes y “realismo insólito”, esta vez en el currículum vitae de Eva, una chica rarita, procrastinadora y con incontinencia verbal. Eva explica su vida a través de una entrevista de trabajo en la que repasa sus experiencias en un laboratorio de frutas transgénicas, como maquilladora tanatopráctica, como detective sin suerte y como sustituta (de lo que haga falta: de profesores enfermos, de hijas ausentes o de esposas desganadas).

Jugar con el sentido acuñado de una expresión o frase hecha y con el sentido literal que tendrían esas palabras fuera de contexto parece ser uno de los recursos humorísticos preferidos de Bosch, licenciada en filosofía, periodista cultural y redactora de libros sobre curiosidades gerundenses. “Lo hago sin querer, para mí es muy importante todo lo que el lenguaje puede aportar a la ficción y soy además una fan absoluta de la ambigüedad; en la filosofía no te la puedes permitir, pero en la literatura está todo abierto”, explica en la prestación del libro en Barcelona. El primer juego de equívocos es el del título: podría apuntar a una novela generacional (y sí, aparece reflejada esa generación preparada que salta de trabajo en trabajo, con suerte, pero también la de los abuelos sin pelos en la lengua) pero también hace referencia a esa teoría precientífica de la generación espontánea, que explica también la aparente arbitrariedad de lo que le sucede a la peculiar protagonista.

TIM BURTON, PERE CALDERS Y 'THE WALKING DEAD'

Porque sobre todo de rarezas, “de singularidades a nivel estético y conceptual”, es de lo que va el libro. La portada de Mercè Iglesias y Àlex Ferreiro ya muestra a esa mujer diferente, una chica apocada, con tejanos y blusa abotonada hasta el cuello, con las manos agarradas a los bordes de la silla en un gesto de inseguridad, rodeada de rubias estupendas, clónicas, escotadas y ceñidas dispuestas a dejarla sin empleo. “Trabajar con personas con trastornos de conducta, la perspectiva de mucha gente que es diferente, influye en la manera cómo ves las cosas”, explica la escritora.

En uno del episodios laborales de Eva, unos melocotones gigantes acaban convertidos en instrumentos letales. El guiño a Tim Burton, y a través de él a Roald Dahl, es inconsciente en el primer caso y totalmente casual en el segundo. Pero no extraña nada que Bosch se declare “muy fan de Tim Burton, de su manera gótica de acercarse a la realidad que mezcla ternura una mala leche desbordante” y de Pere Calders, “grotesco, imaginativo, dulce, tierno y con una manera brutal de leer la realidad”. O que aparezca un episodio de una de sus series favoritas, 'The Walking Dead'.