Una investigación con casco y chaleco

Lorenzo Silva hace viajar a Bevilacqua y Chamorro a una base española en Afganistán

Lorenzo Silva

Lorenzo Silva / periodico

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Del fuego a las brasas. O del poblado del Gallinero, lo peor de lo peor dentro del barrio de chabolas de Cañada Real, a la base de Herat, Afganistán, a donde los envían de sopetón para investigar la muerte por degollamiento de un militar español. Este es el periplo que les ha reservado Lorenzo Silva al subteniente Bevilacqua y la sargento Chamorro en ‘Donde los escorpiones’ (Destino), el noveno libro protagonizado por esta pareja de investigadores de la Guardia Civil.

¿Por qué Afganistán, y no Irak? “Me habría gustado que hubiese sido posible Irak, he escrito un libro sobre esta guerra y la implicación de España en ella me parece mucho más controvertida y comprometida que la implicación en Afganistán. En la novela hay un personaje que intenta defender la legitimidad y la necesidad de la intervención española en Afganistán y otros que la cuestionan, y si eso se hubiera trasladado a Irak se tendría que haber cuestionado de forma mucho más abrupta. Aunque no me hubiese importado, no me escondo, la intervención de Irak me parece una intervención ilegítima, errónea y catastrófica. Pero en el momento en que yo escribo este libro no hay españoles en Irak”, explica el autor.

Afganistán, por otra parte, no se queda atrás. “Se ha convertido en el epicentro permanente de la no declarada tercera guerra mundial en la que llevamos todo el siglo XXI, desde el 2001. A día de hoy sigue en guerra, los talibanes siguen haciendo cosas tan terribles como utilizar a niños prostituidos para cargarse a los mandos de la policía afgana... Que en este escenario hayan estado presentes españoles me parecía una novela clarísima”.

VISITA A AFGANISTÁN

Silva hizo una visita larga a la base española de Herat que le sirvió para preparar la novela.  “Era fundamental tocar la realidad y tener un poco esa percepción física del lugar, y que te cuenten cosas que concretan esa vaga idea preconcebida con la que llegas”, opina. En su aterrizaje en Afganistán, los dos guardias civiles deben lidiar con los problemas de investigar un delito, que podría ser común, en un lugar muy poco común, en contacto con militares de otros países y donde todas las reglas cambian. “Yo soy de derecho, y una cosa que me pregunté y estudié es qué jurisdicción hay en ese caso: es un lío”.

Por cierto, en la escena inicial, con una visita desesperanzada al Gallinero en el año 2014, Chamorro y Bevilacqua discuten si de aquello del 15-M saldrá algo. Uno es escéptico, la otra espera que llegue un cambio. “El escepticismo que hay allí -dice Silva- tiene que ver con la realidad española del 14 pero también con la del 16; este es un país donde hay mucha gente que está en una cierta inercia de la que será difícil sacarla, y algunos de los nuevos no han sido conscientes de la dificultad de la tarea”.