EL REGRESO DE LOS CREADORES DE 'LOS ÚLTIMOS DÍAS'

La inmortalidad, a la venta

Àlex y David Pastor firman el guion de 'Eternal', un 'thriller' futurista que plantea el trasplante de la conciencia de un enfermo terminal a un cuerpo joven

Àlex y David Pastor.

Àlex y David Pastor. / periodico

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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Tras rodar en su ciudad natal la apocalíptica Los últimos días, los cineastas barceloneses Àlex y David Pastor firman el guion de Eternalthriller de ciencia ficción estrenado este viernes, dirigido por Tarsem Singh y protagonizado por Ryan Reynolds, que plantea la transferencia de la conciencia como camino hacia la eternidad. Un magnate (Ben Kingsley), enfermo terminal, se somete, a través de una organización secreta, a una innovadora operación (muda, la llaman) consistente en trasplantar su conciencia a un cuerpo sano y joven (Reynolds). La inmortalidad, al alcance de los más poderosos.

La parca (también muy activa en su debut, Infectados) vuelve a llamar a la conciencia de los hermanos Pastor, que esta vez elucubran sobre las «posibilidades bestiales» de los avances científicos. «Casi siempre son positivos, pero nosotros nos cuestionamos hasta qué punto la técnica es útil o sirve para crear aún más desigualdades sociales, hasta dónde puede llegar el egoísmo del individuo», argumenta David. «Las diferencias entre ricos y pobres son cada vez mayores. Lo único que une a todos los seres humanos es la muerte. Todos acabamos en el mismo sitio, en el hoyo, pero nosotros planteamos que hasta eso, con dinero, se podría cambiar», interviene Àlex.

Cuentan que se anticiparon a una noticia que apuntaba a su ficción. «Hay un oligarca ruso pagando investigaciones para transferir a un robot sus recuerdos, su mente. No íbamos tan descabellados», informa Àlex, que explica que también les interesó reflexionar sobre las consecuencias morales de comprar el cuerpo de otro. El dilema ético persigue al protagonista, que «crecerá como persona» en esa segunda oportunidad que le dará la vida, a golpe de talonario.

Es la primera vez que un guion suyo cobra vida en la gran pantalla bajo la mirada de otro -«es una sensación curiosa, hay cosas que imaginamos distintas», convienen los dos hermanos, que se encuentran rodando en Toronto el episodio piloto de la serie de SyFy Incorporated, de la que son creadores y coproductores. Se trata de otra inmersión en la intriga futurista siguiendo el rumbo del mundo de hoy. «Nos gusta llevar al extremo las tendencias que observamos a nuestro alrededor. Hablamos de un futuro distópico en el que las multinacionales, las corporaciones, tienen un poder ilimitado, más que los gobiernos, y el sector público ha desaparecido». Dibujan a EEUU cual país del tercer mundo, «como un Brasil con unos pocos privilegiados muy ricos y el resto, en las favelas», relatan. No estamos tan lejos. «Hasta Obama está sometido a los lobis y las grandes corporaciones», recuerda Àlex.

Devoradores de cine -«vamos cada fin de semana y nos ha emocionado mucho la última de Pixar»-, desearían volver a rodar en España, aunque ahora, tras el boom de Ocho apellidos vascos, lo que vende es la comedia, y no es su fuerte. Lo suyo es la ciencia ficción y con ella triunfan. Están trabajando en la adaptación del relato de Robert Silverberg How it was when the past went away, que han situado en un Boston amnésico, donde los habitantes han perdido la memoria.

Proyectos no les faltan pero lamentan las trabas para volver a sacar la claqueta en casa. «Ponen muchas dificultades a los rodajes, cuando en Nueva York hasta en el metro anuncian los beneficios que suponen. Explican, por ejemplo, que con los ingresos de una filmación se han pagado X maestros o médicos». Eso sí, consideran que las productoras de EEUU «malgastan el dinero». «Se gasta en cosas que luego no se ven reflejadas en el producto. Nos ponen asistente personal. ¡Y no lo necesitamos! Preferimos que todo el dinero se vea en la pantalla». 

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