tú y yo somos tres

Descubren un fantasma en TV-3

ferran Monegal

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Prácticamente en plena Diada, y coincidiendo con el 33º aniversario de existencia de TV-3, se ha descubierto que en sus instalaciones de Sant Joan Despí vive un fantasma. ¡Ahh! Las abnegadas conductoras de Els matinsLídia Heredia y Núria Solé, han sido las que han pillado 'in fraganti' a la extraña criatura. Estaban muy asustadas. Vieron de pronto un cuerpo cubierto con una capa negra, con el rostro tapado con una máscara, que brincaba imitando al fantasma de la ópera y que tenía justamente debajo de la mesa de informativos un colchón, unas mantas, y allí resulta que dormía cada noche como un clochard. ¡Ah! Ese ha sido el mejor 'sketch' del programa 'TV-3 confidencial', que Minoria Absoluta -la productora de 'Polònia'- ha construido para la ocasión, un trabajo en clave menor -más que ópera, opereta- para realzar un poco el arranque de la nueva temporada. El 'gag' ha sido ingenioso, ya lo he dicho, pero discrepo de su final. Resulta que el fantasma de TV-3 era Joan Pera, que dijo que vivía allí desde que inauguró la cadena, el 10 de septiembre de 1983. Hombre, es un recurso ingenuo disfrazar a Joan Pera de criatura terrorífica que pulula por la casa. Pera, precisamente, es la bondad personificada. No asustaría ni al nens de la escolanía de Montserrat. Pero estoy de acuerdo que en TV-3 hay un fantasma. Eso es indudable. Y que tiene su habitáculo debajo de las mesas de los informativos, es más que probable. No estoy seguro que este espectro viva allí desde 1983. Pero que lleva unos años deambulando por la cadena, es rigurosamente exacto. ¡Ah! Se trata de un ser inquietante. Perturbador donde los haya. Desde que está allí incrustado ha transformado TV-3 en una sombra de lo que pretendía ser años atrás. Valerosos profesionales querían hacer de TV-3 la BBC catalana, pero este espíritu maléfico quiere que la cadena sea como la estampa de un pesebre, rupestre, llena de ovejitas, y con unos cuantos pastorets conduciendo el rebaño.

Otro momento meditable fue cuando nos advirtieron que se habían perdido los programas que se van a emitir esta temporada. Nos decían, alarmados, «¿Os imagináis que TV-3 se quede sin programas?». ¡Ah! Es una posibilidad tremenda, pero no descabellada. Un amigo mío montó una vez una tienda de jamones, y gastó tanto en la decoración y la contratación de personal que, el día que inauguró, en sus estanterías no pudo poner nada. La jamonería era hermosísima. Pero sin jamón.