CRÓNICA

Travis, melancolía de la melancolía

La banda escocesa viajó a los orígenes de su rock emotivo en Razzmatazz con la revisión de su clásico disco 'The man who', de 1999

Fran Healy, en el concierto de Travis en Razzmatazz

Fran Healy, en el concierto de Travis en Razzmatazz / periodico

Jordi Bianciotto

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Redoblada sesión de melancolía, este lunes en Razzmatazz (Room Festival): por la naturaleza misma de las canciones de Travis y porque el grupo se dedicó a mirar hacia atrás y recorrer una por una las brumosas canciones del disco que les colocó en el mapa, ‘The man who’, publicado en mayo de 1999. Los escoceses no han esperado a una cifra redonda oficial, 20 años, para conmemorar el aniversario, pero, en fin, entendemos que poner de relieve su obra más elogiada quizá  les ayude a inspirarse para su próximo paso.

Hablamos de un trabajo que fijó uno de los puntos cardinales del pos-Britpop con estética recogida, más emotiva que lúdica, un poco emparentada con las canciones de tarde de domingo lluvioso de Radiohead y adelantada a las estampas sentimentales de Coldplay. Comenzando por el principio, el grupo ofreció una de las joyas de la corona, ‘Writing to reach you’, aventurándose luego en las marejadas de piezas como ‘As you are’ y ‘Driftwood’, combinando recesos lánguidos y subidones épicos en ‘Turn’ y poniéndose excepcionalmente saltarín en ‘Why does it always rain on me’, rumbo a aquella segunda parte de disco orientada hacia los tejidos acústicos, con ’Luv’ (punteada por la armónica) o ‘She’s so strange’.

Los viejos tiempos

Apartado de tendencias y modas, y ante un público más fiel que circunstancial (que no llenó la sala), Travis cerró filas luciendo pasado y Fran Healy compartió reflexiones sobre los viejos tiempos, cuando componía canciones sin apenas pensar en un contrato discográfico ni menos aún en las listas de éxitos. No faltó el ‘track’ oculto del álbum, ‘Blue flashing light’, una vuelta al rock que fue un presagio de la segunda parte del concierto.

Como si de un largo bis se tratara, la banda ofreció otras diez canciones, la mayoría de corte más bien vigoroso: de ‘Love will come through’ a rescates del primer disco, el un tanto olvidado ‘Good feeling’ (1997) pasando por los hitos de cabecera (‘Side’, ‘Re-offender’, ‘Sing’). Reservaron una propina final con su bien interiorizada versión de ‘… Baby one more time’, el éxito de Britney Spears (oigan, un temazo), y una remota pieza, ‘Happy’, en la que Healy anunció que será feliz el resto de su vida, encantado de pulverizar su imagen de tipo tristón.