'La odisea de Alice': calma chicha

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Alice es una joven que trabaja como responsable de la sala de máquinas de embarcaciones. No tiene trabajo hasta que le surge una sustitución en un carguero con rumbo a África. El nombre de la embarcación es el 'Fidelio' que da título original al filme. La odisea de la protagonista atañe a las vicisitudes durante la travesía (en general pocas: una turbina que no funciona bien, un conato de incendio) y a su vida personal, dividida entre el amor que deja en tierra, un dibujante de cómics escandinavo, y el que reencuentra en el carguero, un capitán del que ha estado enamorada desde siempre.

Pese a ostentar la palabra odisea en su título, la película es tan calmada como la calma chicha que aparece siempre en cualquier travesía marítima. No hay tormentas, naufragios ni accidentes que varíen el rumbo del barco. No hay aventuras en el sentido de los relatos marinos de Herman Melville o Robert Louis Stevenson. Hay, por el contrario, la filmación de los rituales cotidianos en esta profesión (una fiesta de cumpleaños, la borrachera colectiva en la cubierta, la estancia en un puerto africano, la relación entre marineros franceses y filipinos) y las derivas personales de Alice, dividida entre varios amores e incapaz de atender a un solo. El filme es, ante todo, una buena odisea íntima e intimista.