La antesala de los Oscar

La ceremonia más política

Habitualmente festiva, la gala reivindicó desde libertad de expresión hasta feminismo

Helen Mirren, con un cartel de 'Je suis Charlie'.

Helen Mirren, con un cartel de 'Je suis Charlie'.

I. N. / NUEVA YORK

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La barra libre de champán y un ambiente menos encorsetado que el de otras galas suelen convertir los Globos de Oro en la fiesta por excelencia en Hollywood. Este año, en cambio, desde galardones concedidos hasta discursos dados e incluso qué ponerse o con qué bromear dieron un fondo político y serio.

El lema «Je suis Charlie», en referencia a los atentados a la revista Charlie Hebdo, llegó a Los Ángeles. Lo llevaron a la alfombra roja estrellas como Helen Mirren y lo verbalizaron Jared Leto y George Clooney, que aseguró que horas antes en Francia no se había marchado en protesta «sino en apoyo a la idea de que no andaremos con miedo». La unión al clamor mundial se mostró también cuando la sala se puso en pie y ovacionó las palabras del presidente de los organizadores, Theo Kingma: «Juntos nos opondremos a cualquiera que reprima la libertad de expresión en cualquier sitio, de Corea del Norte a París».

Kingma tocaba el candente tema del ataque informático a Sony por The interview, que se atribuye a Pyongyang, pero que ha sacado los colores a Hollywood como nido de víboras, como recordaron las cómicas Tina Fey y Amy Poehler.

Las presentadoras también se atrevieron a bromear con los últimos estallidos de tensión racial en Estados Unidos y con las acusaciones de violación contra Bill Cosby, pero fue en premios y discursos donde llegó el abordaje serio de esos temas.

El músico negro Common, por ejemplo, declaró: «Selma es ahora», reivindicando la lucha aún abierta por la igualdad. Joanne Froggatt, premiada por Downtown Abbey en una temporada en que su personaje es violado, daba voz a las víctimas.

Hubo más. Patricia Arquette rindió homenaje a las madres solteras, Maggie Gyllenhaal a las mujeres «normales» y Michael Keaton a padres como el suyo con dos empleos para sacar adelante a sus familias; Transparent reivindicó a transexuales, Gina Rodríguez a latinos y Matt Bomer a víctimas del sida. Y el productor de Leviatán recordó que «no importa si eres coreano, americano, ruso o francés; la historia trágica de un hombre corriente que se enfrenta a un sistema indiferente es universal».