EL ÚLTIMO FENÓMENO CATÓDICO

Bob Esponja rey del verano infantil

El habitante más ilustre de Fondo de Bikini triunfa en la cadena Clan y se convierte en el gran ídolo de los niños. La creación de Stephen Hillenburg ha cumplido 11 años como irresistible icono cultural

Espectáculo de Bob Esponja en un circo en Agua Amarga (Almería).

Espectáculo de Bob Esponja en un circo en Agua Amarga (Almería).

J. MANUEL FREIRE / JULIÁN GARCÍA
BARCELONA

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Ano ser que haya vivido usted bajo una piedra en los últimos años, reconocerá fácilmente su cara: esos ojos abiertos como platos, la nariz respingona y la sonrisa impúdica coronada por dos palas bien separadas. Aunque uno quiera, es imposible escapar de Bob Esponja. El presidente Obama dijo durante su campaña que nunca se pierde la serie porque es imposible; siempre está puesta en el hogar de los Obama.

Y al parecer, también en la mayoría de casas españolas. La serie de dibujos animados protagonizada por la esponja marina –una esponja con pantalones cortos, como le gusta resaltar al cómico Ricky Gervais– es el gran fenómeno actual de la tan cacareada TDT, contra espacios más hambrientos de audiencia. Clan llega a superar el 15% deshareconBob Esponja por la mañana.

Apenas hay rastro de Mickey Mouse y el resto de la tropa de Disney: el héroe del verano infantil en España es Bob, el rey de los globos de helio, las pistas de circo, las tómbolas de feria… Y poco importa que sea cuadrado: el ídolo creado por el antiguo profesor de biología marina Stephen Hillenburg aparece también en infinitos objetos esféricos; es probable que, si este año ha ido a la playa, le haya despertado del letargo algún balón amarillo y sonriente.

Nadie esperaba, ni siquiera sus propios creadores, el nivel de celebridad mundial obtenido por el bueno de Esponja. La serie debutó en Nickelodeon en 1999, pero no fue hasta la mitad de su segunda temporada, bien entrado el 2001, que empezó a despuntar en audiencia. El resto, como suele decirse, es historia: éxito creciente; salto al cine en una película con cameode David Hasselhoff; libros, seminarios; la mentada ubicuidad de sumerchandising…

PAISAJE CULTURAL / De llaveros a anillos de pezón, Bob Esponja pasó a formar parte del paisaje cultural como pocas criaturas animadas lo han conseguido en la historia. El modisto Karl Lagerfeld tuneó un peluche con fines benéficos –la creación alcanzó el precio de mil euros en subasta–; el venerado artista y diseñador KAWS ha creado pinturas bajo su inspiración, y el diseñador Marc Jacobs lleva tatuado en el brazo un Bob Esponja de generosas dimensiones. El año pasado, el Pavillon de l'Eau de París organizó una divertidísima exposición sobre el universo de Bob Esponja, donde brillaba una selección de parodias de obras maestras de la pintura de Van Gogh, Boticelli y Da Vinci con nuestros amigos de Fondo de Bikini como tronchantes protagonistas.

Querido por todos, Bob contó con Brian Wilson para su CDThe best dayever(proyecto de su doblador en Estados Unidos, Tom Kenny) y con el gran David Bowie para dar voz a Su Alteza Real en la segunda película para televisión del personaje. Johnny Depp es un devoto de Hunter S. Thompson, pero también de Bob Esponja. En un episodio de la serieCárcelesde National Geographic pudo verse al ala entera de una prisión entonando su tema principal.

Todavía hoy cuesta explicar el éxito de la serie, que aunque empieza a decaer un poco en Estados Unidos –ya no es la gran estrella de Nickelodeon:iCarlypega fuerte– parece alcanzar ahora su cima en nuestro país. ¿Qué hace tan insólitamente popular a una comedia surrealista sobre una esponja feliz de la vida y del todo inmune al peligro o el desprecio?

Será que no solo la ven niños, sino también adultos; y no solo padres, sino también los que todavía están por procrear. Los más pequeños se dejan obnubilar por el colorido del mundo de Fondo Bikini y el carisma y la felicidad de Bob y compañía. Los mayores, también, pero reconocen otras cualidades: el encanto de su animación tradicional en tiempos digitales –cada episodio necesita más de 20.000 dibujos–;

el rastro de Bugs Bunny y las geniales criaturas de Looney tunes; y una refrescante falta de segundas lecturas, salvando un cierto subtexto homosexual que no escapó a los grupos cristianos de Estados Unidos. El creador, Hillenburg, prefirió describir a Bob como «asexual».

EL VERDADERO ASTRO / Los hay que apuntan, no sin razón, hacia otro motivo principal para explicar el éxito de la serie entre diferentes generaciones. Tiene un nombre: Patricio Estrella, mejor amigo de Bob y protagonista no oficial de la serie, sobre todo en su última recta, cuando ha obtenido el mismo (si no más) tiempo de pantalla que el héroe submarino titular.

Pero Patricio no es competitivo, en absoluto. Ante todo es tonto. Hasta el punto de convertir al risueño Bob en un intelectual francés del Manhattan de los 40. Aunque también Patricio puede ponerse fino de golpe, sin avisar, para pronunciar líneas como: «Personas refinadas y sofisticadas como nosotros no deben ensuciar sus labios con obscenidades». Sí, es el mejor.