Basada en hechos (no) reales

Nada más estrenarse Apollo 18 en Estados Unidos, el 2 de septiembre pasado, la NASA emitió un comunicado oficial en el que negaba que la película estuviera basada en hechos reales: «No es un documental, es una obra de ficción». Antecedentes: Apollo 18 muestra, en clave de falso documental, las supuestas imágenes que dos astronautas habrían grabado en la Luna en una expedición secreta en 1974; algo tan aterrador que habría obligado al Gobierno americano a cancelar el programa Apolo y a no volver jamás a pisar la Luna. «Es sorprendente, pero para mí no deja de ser un halago, porque, al fin y al cabo, mi primer objetivo era transmitir autenticidad», comenta a este diario su director, Gonzalo López-Gallego (Madrid, 1973), presente en Sitges para proyectar el filme fuera de competición.

Apollo 18 es la primera aventura americana del sosegado López-Gallego, autor de obras de culto como Nómadas y Sobre el arco iris, y de la aplaudida El rey de la montaña. «Ha sido un caramelo. No era fácil decir que no cuando me lo propusieron», explica el director. «Fue todo fruto un poco del azar. Yo conocía a los hermanos Weinstein, especialmente a Bob, porque habían comprado los derechos de El rey de la montaña. El caso es que me llamaron para hacer Apollo 18. Quizá porque les había gustado mi película. O porque les salía barato ficharme. O porque me veían maleable».

López-Gallego asegura haber podido trabajar «con libertad creativa total». «Ha sido una locura: hemos cometido todo tipo de barbaridades técnicas para lograr ese look viejo, como de negativo quemado, que tiene la película. Cosas infernales que los productores no entendían. Pero me han dejado hacer. El guión, la historia, no son míos, pero la película sí. Te diría, incluso, que es mi obra más experimental». El productor de Apollo 18 es el ruso Timur Bekmambetov (director de Wanted), genio loco del cine de acción pirotécnico. «Pese a las apariencias, es un tipo afable, amable, abrazable. Me ha apoyado mucho. Estoy contento».

SIN DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA / Apollo 18 se ha estrenado a lo grande en EEUU. También en Rusia y en Reino Unido. Pero de momento no tiene distribuidora en España. «Yo no he visto por aquí a nadie interesado. No sé muy bien por qué», musita el director. Ha habido malas críticas en EEUU. «Alguna ha hecho sangre, sí, pero ver al público en Sitges aplaudiendo al final me ha supuesto un buen subidón. Solo por eso ya ha valido la pena».