entrevista con el director de cine

Aki Kaurismäki: «Me gusta la gente, pero detesto la humanidad»

Estrena 'El Havre', un filme sobre la inmigración

Aki Maurismäki, el prestigioso director de cine finlandés.

Aki Maurismäki, el prestigioso director de cine finlandés.

   NANDO SALVÀ / Madrid

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Gracias a su imbatible habilidad para abordar asuntos trágicos usando la comedia y el absurdo, Aki Kaurismäki es uno de los autores más personales del cine actual. En el pasado festival de San Sebastián, mostrándose en persona tan impasible y excéntrico como lo hace a través de sus películas, el director finlandés habló entre generosos tragos en vino blanco acerca de su nueva película, un cuento de hadas sobre la inmigración llamadoEl Havre.

-¿Por qué ha pasado tanto tiempo desde su anterior película, Luces al atardecer [2006]?

-He estado pescando y recogiendo setas. Y bebiendo, claro.

-Ocupación peculiar, sin duda.

-Beber es lo único importante, créame.

-¿Es cierto que llevaba años queriendo hacer una película sobre el fenómeno de la inmigración?

-El tema me preocupa. Durante el colonialismo Europa dibujó esas fronteras arbitrarias en África, despreciando tribus y tradiciones, y causó problemas que siguen presentes. Y no parece haber otra solución al problema de la inmigración que seguir jugando al pimpón. Esas personas llegan a Europa y son devueltas, pero luego vuelven, o bien otras distintas llegan en su lugar. Y si media África viene a un continente ya de por sí lastrado por el desempleo, ¿cómo va a haber una solución?

-De todos modos, ha convertido el problema en un cuento de hadas.

-No soy un cineasta social, no soy Ken Loach. En el guion, el contenedor en el que los refugiados llegan a Francia era mugriento, y algunos habían muerto en el camino. Pero vi que no era capaz de rodar algo así. Por eso aparecen limpios y bien vestidos. Al diablo con el realismo. Quise darles cierta dignidad.

-Asimismo, la película parece creer en la bondad esencial de la gente. ¿Considera usted que, viendo lo que vemos a diario en las noticias, tiene sentido creer en ella?

-Las cualidades más nobles del ser humano, como la solidaridad, afloran en situaciones de crisis. Aunque también en esos momentos podemos mostrar nuestra cara más rastrera. Quizá tenga razón. Muchos de quienes participaron en la película no salen en los títulos de crédito porque son ilegales, no tienen nombre oficial. Me gusta la gente, pero detesto la humanidad. Estamos matando los océanos y los bosques, y todo estará muerto en 50 años a menos que empecemos a cambiar de actitud urgentemente. Mañana mismo, a las siete de la mañana.

-Y la solución, defiende usted, está en la gente corriente y no en las instituciones.

-Pero la gente corriente no tiene poder. Las democracias son un chiste. La gente solo es necesaria en tanto que compra los productos que los grandes agentes económicos tienen que vender. De otro modo, ya nos habrían aniquilado.

-¿Y qué hay de las revoluciones en el mundo árabe?

-Los sistemas de control ya están tratando de acabar con esos movimientos democráticos. La revolución murió con Fidel Castro. Ha estado muerta desde hace años.

-¿Por qué eligió rodar en El Havre?

-No podía rodar en Helsinki porque el problema de la inmigración es menor. Busqué localizaciones en la costa portuguesa y española. Quería rodar en Cádiz, pero no pudo ser. El Havre fue mi última opción. Es un lugar con historia. Durante la segunda guerra mundial fue bombardeada por los aliados como maniobra de distracción antes del desembarco de Normandía. Eso aún se puede sentir en sus habitantes, nunca perdonarán haber sido bombardeados por su propia gente. Una vez encontré El Havre, escribí el guion en 10 días.

-A eso se le llama ser rápido.

-No tanto. Solía escribir mis guiones en un fin de semana. Me hago viejo.

-Bromea usted.

-No me tomo nada en serio. ¿Por qué iba a hacerlo? Viajo por el mundo y me dan bebida gratis. Tengo un humor muy negro, pero cuanto más pesimista me vuelvo, más optimistas son mis películas. Cuando ya no hay esperanza, tampoco hay motivo para ser pesimista. Río por no llorar.

-¿La comedia es más útil a la hora de conmover al público?

-No pienso en los espectadores cuando hago una película, aunque eso no significa que no las haga para ellos. Un director que no puede manipular los sentimientos del espectador, hacerle reír o llorar o tener miedo, debería cambiar de profesión. La manipulación es lo que pide la gente cuando paga su entrada.

-No se le da mal dada la recepción que El Havre ha tenido.

-Afortunadamente, con los años he aprendido cuatro cosas. Con un montón de sobras de la nevera y un par de huevos puedes hacer una buena tortilla. Pero no me considero muy bueno. Como digo, soy un viejo. Una ruina.

¿Es falsa modestia?

-No, odio todas mis películas. No las puedo ver porque me enfado. Están llenas de errores. Tengo el mismo problema que suele tener la defensa del Real Madrid. Por eso el Barça siempre les golea.

-¿Es usted seguidor del Barça?

-Yo soy fan del Oporto, pero reconozco que Messi es el número uno y que el fútbol español es el mejor del mundo. Disfruten ustedes de su momento.

-Señor Kaurismäki, ¿rodará algún día en Cádiz?

-Creo que rodaré mi próxima película en España, será la segunda de mi nueva trilogía. Soy tan vago que digo que hago trilogías porque así me obligo a tener planes. De otro modo, me pasaría el día jugando a las cartas. Rodaré en España en los próximos 5 años, luego haré otra película dentro de 10 y entonces podré retirarme.