'Seinfeld', año 20: la comedia sobre nada que iba sobre todo

El lunes se cumplen dos décadas de la emisión del último capítulo de una telecomedia convertida, contra todo pronóstico, en fenómeno pop

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Juan Manuel Freire

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¿Quién lo iba a decir? 'Seinfeld' era una serie sobre un cómico de Nueva York charloteando con sus amigos. Era una serie sobre todo, sobre nada, igual que la telecomedia-dentro-de-la-telecomedia que proponía su personaje más memorable: George Costanza (Jason Alexander). Y sin embargo, 76,3 millones de personas acabaron viendo su capítulo final, emitido el 14 de mayo de 1998. Veinte años ya, aunque no queramos creerlo.

'The finale' era el clímax (algo anticlimático, todo sea dicho) de una aventura que había empezado en 1989 con un piloto que no había gustado a casi nadie. El quisquilloso Jerry (el cómico Jerry Seinfeld, en una versión ficcional de sí mismo), su amigo neurótico George (basado en el cocreador Larry David) y el excéntrico vecino Kessler, luego llamado Kramer (Michael Richards), habían caído regular en los pases de prueba. De todos los involucrados en el proyecto, solo Seinfeld creía ciegamente en su futuro.

Al final NBC encargó cuatro episodios más, dando forma a una de las primeras temporadas más escuetas de la historia. Pero a condición de que a la banda se uniera una chica. La elegida fue Julia Louis Dreyfus, revelación del 'Saturday night live' unos años atrás y candidata perfecta por su energía para interpretar a la imparable, aunque a menudo equivocada, Elaine.

Sin abrazos que valgan

La fórmula acabó funcionando, y en particular a partir de su quinta temporada, alrededor de 30 millones de espectadores se acercaban cada semana a las aventuras de cuatro personajes más perdedores que ganadores. Aquí no había nada aspiracional: ellos eran tan pringados como casi todos nosotros. Jerry y George podían entrar en conflicto, pero la serie no buscaba solución, solo mostraba a los personajes dejándolo estar. No había abrazos finales.

Desde el principio, Seinfeld y David, acompañados por un equipo de guionistas con tanta experiencia en telecomedia como ellos (es decir, ninguna), idearon episodios casi radicales en su minimalismo. En 'El restaurante chino', lo que hacen los amigos es, básicamente, esperar mesa en el local del título. Y en 'El parking', tratar de recordar dónde habían dejado el coche en el aparcamiento de unos grandes almacenes. La serie sobre nada iba en realidad sobre todo. Sobre todas esas cosas que nos pasan en la vida y de las que pocas series hablaban. Cosas que no son de vida o muerte, pero afectan.

El día que murió Sinatra

En el recomendable libro 'Top of the rock', historia oral de la época dorada de NBC durante los 80 y 90, Jerry Seinfeld explica: "Cuando empezamos, la serie número uno en Estados Unidos era 'Alf'. Nunca creímos que fuéramos a estar a ese nivel de aceptación. No creímos que fuera posible. Solo queríamos hacer nuestra historia".

El antepenúltimo episodio de 'Seinfeld' (el penúltimo fue un recopilatorio) fue visto en EEUU por 38,8 millones de personas. Al último se apuntaron algunos advenedizos, todos aquellos que no querían quedar relegados a una esquina en la conversación cultural. Tan importante fue aquel episodio que casi oscureció la otra noticia del día: la muerte de Frank Sinatra.

Esos nuevos espectadores no vieron un gran episodio de 'Seinfeld', sino quizá uno de los peores. Exagerado, exuberante y extralargo (el doble de lo habitual), rechazaba el espíritu de minimalismo absurdo que movió la serie en sus mejores días. Pero los fans disfrutaron, porque era un desfile de guiños solo para ellos. El más emotivo, quizá: la escena inicial del piloto sobre el botón de la camisa de George se repetía, casi palabra por palabra, nueve años después, a modo de cierre circular.

Los diez mejores episodios

Listamos, en orden crónológico, los verdaderos capítulos estrella de la mítica serie. Todos se pueden localizar en Amazon Prime Video.

T2.E11: El restaurante chino. Un solo escenario, una situación asfixiante. Jerry, Elaine y George esperan a que les den mesa en un chino y desesperan ante la posibilidad de no llegar a tiempo a ver 'Plan 9 from outer space'. Pasan pequeñas cosas realmente tontas y muy divertidas.

T3.E6: El párking. Una odisea del aparcamiento. Los chicos no encuentran el coche después de haber comprado "el aire acondicionado más barato del mercado" en unos grandes almacenes de Jersey. Incontinencia urinaria, peces muertos… Pura épica cotidiana.

T3.E12: El metro. Seinfeld y David solían hablar de 'Seinfeld' como una serie sin historias, pero puede haberlas, solo que sin grandes dilemas. En este episodio se entrelazan las cuatro aventuras vividas por los amigos en el metro después de tomar caminos separados.

T3.E17: La limusina. En este fantástico 'episodio botella' (etiqueta que se usa para describir esos guiones con uno o dos escenarios muy limitados), Jerry y George toman una limusina que no les corresponde y que resulta ser la de un líder nazi. No hace falta decir nada más.

T4.E11: El concurso. El episodio de la frase 'Mando sobre mis dominios', estampada en sudaderas que los fans de 'Seinfeld' visten con orgullo. Los chicos (y la chica, ojo) se juegan dinero a ver quién dura más sin caer en la autoestimulación sexual. Clásico entre clásicos.

T5.E2: La camisa abombada. En las convenciones y festejos ligados a la serie, la prenda estrella es la camisa bombacha de pirata. Jerry vestía una de vértigo, y además no en privado, sino en 'The today show', un poco por accidente. Además, George se hace modelo de manos.

T5.E14: El biólogo marino. George Costanza es conocido, entre otras cosas, por inventarse la compañía Vandelay Industries y hacerse pasar por arquitecto. En este episodio, Jerry le inventaba otra ocupación: biólogo marino. Y George se revolcaba gozosamente en la mentira.

T5.E20: Los Hampton. Así es, ya vamos por el tercer episodio destacado de la quinta temporada, pero es que fue entonces cuando 'Seinfeld' alcanzó sus días de mayor gloria. Como enésima muestra, estos 22 minutos sobre novias en topless y penes que encogen en la piscina.

T5.E21: Lo opuesto. Forma díptico glorioso, excelente doble nocaut final de temporada, con el anterior. La premisa esencial es: ¿y si hacer lo opuesto a lo que harías habitualmente fuera el secreto para mejorar tu vida? Por supuesto, si las ideas acabaran bien, esto no sería 'Seinfeld'.

T7.E6: El nazi de la sopa. Cuando se hacen encuestas sobre el 'mejor episodio de Seinfeld', este suele quedar en el número uno o bien parado. El actor Larry Thomas dejó huella como un artesano de la sopa con códigos muy estrictos; y Elaine como peor enemiga.