La crisis ucraniana

Ucrania ordena una movilización parcial de los reservistas

M. R.
KIEV

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En un desesperado intento de fortalecer sus maltrechas defensas ante la «agresión» de Rusia en Crimea y la «amenaza» a las regiones del este y el sur del país, Ucrania ordenó ayer una movilización parcial de las Fuerzas Armadas. El Parlamento ratificó, con el voto favorable de 275 de los 308 diputados presentes (los otros 33 optaron por no votar), el decreto que poco antes había firmado el presidente, Alexander Turchinov.

El plan consiste en la movilización de 40.000 reservistas. La mitad de ellos, o sea 20.000, serán desplegados como parte de las Fuerzas Armadas regulares, mientras que los otros 20.000 servirán en la Guardia Nacional, acabada de crear. La movilización se hará efectiva en un período de 45 días y la medida va acompañada de los recursos financieros y logísticos necesarios.

El ministro de Defensa, Igor

Teniuj, aseguró ayer en una rueda de prensa que el Ejército ha tomado posiciones en el este del país «y está listo para ejecutar» lo que decidan las autoridades políticas. El actual Gobierno interino culpa a sus predecesores, y muy en particular al Ejecutivo encabezado por el depuesto presidente, Viktor Yanúkovich, de haber minado al Ejército para asegurar la inferioridad respecto a Rusia. «Pero hemos logrado restablecerlo y está listo para la batalla», afirmó Teniuj.

Turchinov pidió posteriormente unidad al pueblo ucraniano en un mensaje a la nación. El presidente advirtió de que cualquier «acción ilegal dirigida a desestabilizar la situación será considerada como colaboración con el agresor».

ESTADO DE CONMOCIÓN / Las autoridades ucranianas mantienen un tono desafiante, pero el país se encuentra en un estado de conmoción. «Ucrania está a las puertas de un desastre humano, dejado a merced del invasor, que tiene una agenda que incluye la limpieza étnica [de la comunidad tártara]», afirmó ayer el exboxeador Vitaly Klitschko, diputado y líder del partido Udar. Klitschko subrayó que el país debe prepararse para acoger a refugiados. El estado de conmoción va acompañado de un estado de negación. A ningún dirigente ucraniano le pasa por la cabeza reconocer la más remota posibilidad de que Ucrania haya perdido Crimea, pese a la enorme superioridad política y militar de Moscú. El propio presidente Turchinov reiteró ayer que «Ucrania jamás aceptará la anexión» de Crimea a Rusia. Kiev confía en que aún pueda haber una solución diplomática. «Crimea es nuestro territorio. El mundo entero está con nosotros. Espero que se resuelva por la vía pacífica, pero si no es así, estamos listos para lo que sea», afirmó por su parte Teniuj, el ministro de Defensa.

Los dirigentes ucranianos auguran enormes problemas a la Crimea secesionista. La exprimera ministra Iulia Timoshenko dijo ayer que «Crimea se hundirá en una noche polar». Kiev augura la debacle del sector turístico, el principal recurso económico de la península, y recuerda también que el gas, la electricidad y el agua llegan a la península secesionista a través del territorio de Ucrania.