Trump acorta distancias con Clinton en recaudación pero se aleja en las encuestas

Trump interviene en un acto de campaña electoral en un instituto en Ashburn (Virginia), el pasado martes.

Trump interviene en un acto de campaña electoral en un instituto en Ashburn (Virginia), el pasado martes.

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Tras una semana horribilis en la que se ha visto obligado a ponerse a la defensiva y a intentar aplacar las crecientes muestras de un cisma dentro del Partido Republicano por su candidatura, Donald Trump tiene una buena noticia en que apoyarse. El multimillonario magnate ha conseguido prácticamente eliminar la abrumadora ventaja que Hillary Clinton le llevaba en recaudación de fondos, en buena parte gracias a una lluvia de pequeñas donaciones que no son la norma en la formación conservadora y que se parecen más al éxito que tuvo en las primarias demócratas Bernie Sanders. Es un indudable punto de luz para Trump en un panorama que le oscurecen las encuestas, tanto de nivel nacional como en estados clave, donde Clinton sigue subiendo.

Los datos económicos son preliminares aún y no se confirmarán hasta que las dos campañas presenten documentación el 20 de agosto ante la comisión electoral pero apuntan a que Trump y el Comité Nacional Republicano han recaudado en el último mes 82 millones de dólares, solo ocho menos que la candidata demócrata. Más de tres cuartas partes de ese dinero ha llegado por una campaña realizada online y por correo donde la mayoría de las aportaciones han sido de pequeñas cantidades, algunas tan bajas como solo 10 dólares.

Algunos expertos observan que la importante inyección quizá haya llegado demasiado tarde, con los precios de los anuncios, por ejemplo, ya disparados. Sigue habiendo diferencias, además, sobre cuánto efectivo tienen disponible las dos campañas.

La reticencia de los grandes donantes

En cualquier caso, no obstante, el éxito apunta a una fortaleza de Trump. Podría convertirse en el primer candidato presidencial republicano financiado principalmente por un movimiento ciudadano. Así minimizaría el impacto de la reticencia de algunos grandes donantes a volcarse en su elección. Además, ganaría un arma en su tenso enfrentamiento con el Partido Republicano. Normalmente la formación usa su capacidad de recaudar fondos como herramienta de presión (en el caso de Trump para intentar meterle en la vereda de una campaña menos polémica), pero si el magnate se apoya sobre todo en pequeñas donaciones y en su propio bolsillo puede seguir resistiendo esa presión.

La cara B para Trump ha sido la publicación de algunas encuestas. Una nacional realizada por la cadena Fox, por ejemplo, le sitúa ahora 10 puntos por detrás de Clinton, que en un sondeo en el estado clave de Nuevo Hampshire ha aumentado su ventaja hasta los 15 puntos y también se distancia en territorios trascendentales como Pensilvania y Michigan. Por más que el jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, haya minimizado esos resultados atribuyendo la escalada de Clinton al tradicional impulso que le ha dado la convención demócrata y augurando que los sondeos se igualarán "en las próximas semanas", los números son preocupantes.