ELECCIONES LEGISLATIVAS EN EEUU

El Tea Party provoca un seísmo al tumbar a un líder republicano

David Brat, el sorprendente ganador del duelo con Eric Cantor, ayer.

David Brat, el sorprendente ganador del duelo con Eric Cantor, ayer.

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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Durante los últimos meses, las primarias del Partido Republicano en Estados Unidos de cara a las legislativas de noviembre se habían ido desarrollando sin despertar demasiado interés. El aparato del partido conservador se apuntaba la mayoría de victorias y parecía retomar el control cuatro años después de la irrupción del ala extremista representada por el Tea Party. Pero el martes, en Virginia, todo cambió, y se produjo un seísmo que puede marcar no solo a los republicanos sino a todo el país en los próximos años.

David Brat, un desconocido profesor universitario sin prácticamente apoyos (ni siquiera de los grandes grupos nacionales del Tea Party al que representa), se impuso con la contundencia de 11 puntos de ventaja a Eric Cantor, el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, el segundo republicano más poderoso del país. Y el golpe, absolutamente inesperado y de escasos precedentes históricos, dejó en estado de shock al establishment del Partido Republicano, que se enfrenta al mayor desafío que nunca le han planteado los radicales.

EL GIRO A LA DERECHA / Esa guerra arrancó ayer mismo. Cantor anunció que en las próximas semanas, sin esperar a noviembre, abandonará su puesto de líder de la mayoría. Se abre así la batalla entre representantes del aparato y del Tea Party para mantener (en el caso de los primeros) o rehacer (en el de los segundos) el equipo de líderes.

La batalla va, no obstante, más allá del Congreso. Y la seguridad del aparato se ha resquebrajado. «No sé dónde vamos como partido», decía el martes el congresista Peter King. «Me preocupa mucho que vayamos hasta el extremo en la derecha».

Entre las conclusiones de lo ocurrido entra que, tras la derrota de Cantor (que en 2010 apoyó política y financieramente a un Tea Party que ahora le ha canibalizado), pocos republicanos se atreverán a moderar sus posturas o a colaborar con los demócratas por miedo al precio que podrán pagar. Eso hace temer que el Congreso, uno de los menos productivos de la historia, se paralizará más, incluso hasta las presidenciales del 2016.

ATAQUES A CANTOR / Otra consecuencia es que se da por muerta la reforma de la inmigración, una de las metas de Barack Obama que ya tenía escasas opciones de prosperar. Brat puso uno de los principales focos de su campaña en atacar a Cantor como un «blando» en inmigración. Logró el altavoz de figuras mediáticas ultraconservadoras como Laura Ingraham. Y el mensaje de su victoria resuena como señal de advertencia, por más que en otras primarias del martes (en Carolina del Sur) ganara aplastantemente Lindsay Graham, uno de los impulsores de la propuesta bipartidista de reforma.

Para Brat, profesor de económicas que también fue muy duro con Cantor por sus relaciones con los lobis y el sector financiero, el credo republicano es «libre mercado, igual protección bajo la ley, responsabilidad fiscal, control constitucional, fuerzas armadas fuertes y creencia en Dios». Es palabra de Tea Party. Y se hace oír.