consejero fiel del dictador

Tarek Aziz muere en un hospital de Bagdad

El exministro de Exteriores de Irak bajo el régimen de Sadam fue condenado a muerte en el 2010 por la persecución de partidos religiosos

Tarek Aziz, en una imagen de archivo, en el juicio contra Sadam, el 24 de mayo del 2006.

Tarek Aziz, en una imagen de archivo, en el juicio contra Sadam, el 24 de mayo del 2006. / periodico

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Tarek Aziz, conocido como la cara del régimen del dictador iraquí Sadam Husein en la escena internacional durante largos años, ha muerto en un hospital de Bagdad, según han informado fuentes oficiales.

Aziz, de 79 años, ejerció como ministro de Asuntos Exteriores de Irak y viceprimer ministro y fue un asesor muy cercano al dictador iraquí. Se rindió a las tropas de EEUU en el 2003 poco después de la caída de Bagdad, en la segunda guerra del Golfo.

Fue sentenciado a muerte por el Tribunal Supremo Iraquí en el 2010 por la persecución de partidos religiosos bajo el régimen de Sadam, pero fue nunca fue ejecutado.

Una fuente sanitaria local ha informado a la prensa de que Aziz ha sido trasladado a un hospital desde la prisión tras sufrir un ataque al corazón. Informaciones previas apuntaban que había muerto en la cárcel.

SALUD PRECARIA

Aziz tenía desde hace años una salud precaria, sufría problemas cardiacos y respiratorios, alta presión sanguínea y diabetes, por lo que su familia había pedido repetidamente su liberación.

Conocido por sus características gafas de montura negra y gran amante de los puros, se hizo popular como ministro de Exteriores durante la guerra del Golfo en 1991.

CRISTIANO EN UN GOBIERNO SUNÍ

Como cristiano en un Gobierno de mayoría suní, no estuvo inicialmente considerado como un miembro del círculo más íntimo de Sadam, aunque gracias a su nivel de inglés, tuvo un rol destacado antes de la invasión de Irak en el 2003, llegando a entrevistarse con el papa Juan Pablo II en el Vaticano para pedir la paz.

Pero cuando Bagdad cayó, su falta de influencia se reflejó en su posición en el famoso juego de cartas que el Ejército de EEUU --que le otorgó el 'ocho de espadas'-- utilizó para identificar a los dirigentes más buscados del régimen de Sadam Husein.

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