No repetir el mismo error

Más vale tarde que nunca. Tres años y un mes han pasado desde que el presidente palestino, Mahmud Abbás, y el entonces líder de Hamás, Jaled Meshal, firmaron en una solemne ceremonia en El Cairo, el 4 de mayo del 2011, un acuerdo de reconciliación que quedó en papel mojado, al igual que otros intentos posteriores. Ahora pinta mejor porque al menos han aplicado el primer punto, la formación del Gobierno de unidad.

Aunque tenga el respaldo de las dos principales facciones, Fatá y Hamás, se trata de un Gobierno de transición formado por tecnócratas y en el que los hombres de la órbita de Abbás parecen prevalecer sobre los islamistas. No en vano, el hasta ahora primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Rami Hamdalá, seguirá al frente  y conservará la crucial cartera de Interior.

Abbás ha garantizado a Israel y a Occidente que él seguirá pilotando el (inexistente) proceso de paz y que, aunque Hamás como tal no lo haga, el Gobierno de unidad asumirá las condiciones que fijó el Cuarteto (EEUU, Rusia, la UE y la ONU): renuncia de la violencia, reconocimiento de Israel y aceptación de los acuerdos ya firmados (entre Israel y la ANP).

No es ningún secreto que muchas capitales occidentales han llegado a la conclusión de que boicotear al primer Gobierno de unidad tras el triunfo electoral de Hamás en el 2006 solo condujo al desastre. Ahora tienen la oportunidad de no repetir el mismo error. Y, después, que vuelvan a hablar las urnas.