Rehenes de un rescate fallido

François Hollande y Angela Merkel, ayer juntos en el Elíseo.

François Hollande y Angela Merkel, ayer juntos en el Elíseo.

ELISEO OLIVERAS

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Cinco años después del inicio del rescate de Grecia, es evidente que el programa de ajuste ha fracasado. Las draconianas medidas impuestas por la cancillera alemana, Angela Merkel, y el por el entonces presidente del Eurogrupo y actual presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, no han resuelto los problemas y solo han evitado de momento la quiebra del país.

Grecia necesita un tercer rescate para evitar su colapso financiero y, aunque por primera vez no gobiernan los políticos responsables de haber arruinado el país, los griegos siguen rehenes del fallido rescate y de unas exigencias alemanas calificadas de «absurdas» por los premios Nobel de Economía Paul Krugman y Joseph Stiglitz.

Juncker admitió esta semana que la troika —Comisión Europea, Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)—«pecó contra la dignidad» de los griegos y de los otros países intervenidos.

A pesar de cinco años de rescate y de una demasiado tardía quita de la deuda privada en el 2012, la deuda pública de Grecia se eleva a 315.509 millones, lo que equivale al 176% del producto interior bruto (PIB), según los últimos datos de Eurostat. En el 2009 la cifra de la deuda (depurada de las manipulaciones gubernamentales) era inferior y ascendía a 301.002 millones, el 126,8% del PIB.

El programa de ajuste, que preveía inicialmente una contracción del PIB del 7%, ha causado un hundimiento del PIB de al menos el 23% respecto al 2009. El nivel de renta per cápita ha caído de los 18.200 euros en 2009 a 15.000 euros, según los últimos datos de Eurostat.

La tasa de paro se ha disparado del 9,6% del 2009 al 25,6%, con un nivel de desempleo superior al 50% en los jóvenes menores de 25 años. El porcentaje de la población griega expuesta al riesgo de pobreza y exclusión social ha crecido desde el 27,6% del 2009 al 35,7% (y aún faltan los datos del 2014). El nivel de desigualdad social desde el 2009 también se ha incrementado en un 25%, según el indicador Gini de Eurosat.

Recorte salarial ineficaz

Los salarios se han recortado en un 15%, pero las exportaciones no han despegado porque los precios energéticos de las empresas se han encarecido en más del 60% a causa de las medidas impuestas por la troika, como señala el economista Theodore Pelagidis, de la Brookings Institution de EEUU. Los costes energéticos representan el 50% de los costes de las industrias griegas, mientras que los laborales se limitan al 15%. Por ello, precisa Pelagidis, «las empresas griegas han perdido competitividad» a causa de la troika, que además ha recortado la capacidad de consumo de los griegos y no ha corregido las estructuras oligopolísticas que dominan numerosos mercados y actividades económicas.

Sorprende que la troika, tan obsesionada en reducir el gasto social, no haya querido recortar más el desmesurado gasto de defensa griego, que representó el 2,3% del PIB en el 2013, el doble de España (0,9%) y Alemania (1,3%), según los datos de la OTAN. Por el contrario, no sorprende que Merkel se oponga a frenar o revisar las privatizaciones griegas como plantea Syriza, porque firmas alemanas figuran entre las beneficiarias, como Fraport que obtuvo por 1.200 millones la gestión de 14 aeropuertos griegos.

El Gobierno de Alexis Tsipras necesita desesperadamente una ayuda financiera, ya que el Estado afronta el vencimiento de 30.000 millones en el 2015, solo dispone de unas reservas de 2.500 millones y no puede obtener préstamos en el mercado a un precio asumible. La recaudación en enero además fue 1.048 millones inferior a lo esperado (23% menos del objetivo presupuestario), ya que la lucha contra la evasión fiscal sigue siendo la asignatura pendiente después de cinco años. Sin un acuerdo, Tsipras se quedaría asimismo sin financiación para la banca, que el BCE va restringiendo semana a semana. La banca griega se acerca a una situación límite por la retirada masiva de fondos. Sin la financiación de emergencia colapsaría, arrastrando al país a la quiebra.