guerra en siria

El régimen sirio y los rebeldes aceptan el alto el fuego pactado por Rusia y Turquía

Niños caminan cerca de una ambulancia aparcada en Al-Rai, en la provincia de Alepo, en Siria, el 27 de diciembre.

Niños caminan cerca de una ambulancia aparcada en Al-Rai, en la provincia de Alepo, en Siria, el 27 de diciembre. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno sirio y los grupos rebeldes han aceptado este jueves el alto el fuego negociado por Rusia y Turquía en Siria y el inicio posterior de conversaciones de paz. La tregua, que deberá entrar en vigor esta medianoche, será aplicable en todo el territorio sirio excepto en las zonas controladas por el Estado Islámico (EI), excluido del pacto ultimado en los últimos días por dos potencias regionales antagónicas a espaldas de EEUU.

El acuerdo ha sido anunciado por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y confirmado después por el ministro de Exteriores turco. Moscú Ankara, que apoyan a bandos opuestos en el conflicto sirio, actuarán como “garantes” del pacto. Además del alto el fuego, Damasco y la oposición han firmado un documento con medidas de control para verificarlo y una declaración comprometiéndose a “iniciar negociaciones de paz para el arreglo” del conflicto, según ha explicado Putin durante una reunión con los ministros rusos de Exteriores y Defensa.

“Los acuerdos alcanzados son, sin lugar a dudas, frágiles. Exigen una especial atención y vigilancia”, ha advertido Putin, que ha destacado que Rusia llevaba “mucho tiempo” esperando este acuerdo entre Damasco y la oposición, y que había “trabajado mucho” para lograrlo junto a Turquía y otros socios regionales.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha calificado este pacto de “oportunidad histórica” para resolver el conflicto sirio. “Debemos hacerlo todo para no desaprovechar esta oportunidad histórica”, ha declarado en Ankara sobre el acuerdo, en una rueda de prensa televisada. Casi las mismas palabras ha utilizado el titular de Exteriores sirio, Wallid Mouallem, que lo ha calificado de  “verdadera oportunidad para la paz”.

REDUCCIÓN DE TROPAS RUSAS

Al mismo tiempo, Putin ha anunciado una “reducción” de la presencia militar rusa en Siria, pero ha remarcado que Moscú continuará “luchando contra el terrorismo internacional” y “apoyando al Gobierno legítimo sirio”. El Kremlin, cuyos aviones bombardean posiciones de los rebeldes desde septiembre del 2015, ya anunció en marzo una retirada parcial, sin cuantificarla, del grueso de sus tropas.

El acuerdo para el alto el fuego ha sido también confirmado por el Ejército sirio y por el Alto Comité Negociador (HNC, en sus siglas en inglés), considerado por la ONU el principal grupo de la oposición siria. Según el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, el cese de hostilidades ha sido aprobado por “las fuerzas principales” de la rebelión. En total, siete grupos rebeldes, entre ellos el pujante Ahrar al-Sham, que engloban a 62.000 combatientes armados, han firmado el pacto con el régimen del presidente Bashar el Asad.

El Ejército sirio ha indicado en un comunicado que el EI y Jabhat Fateh al-Sham, el antiguo Frente Al-Nusra (filial siria de Al Qaeda), “y los grupos afiliados a ellos” han quedado excluidos por considerarlos “terroristas”. Y solo las áreas controladas por los yihadistas quedan fuera del pacto, por lo que también estará finalmente incluida la zona en poder rebelde del este de Guta, cerca de Damasco, que había supuesto un escollo en las negociaciones. En esa zona, hoy mismo, al menos 15 civiles, entre ellos seis niños, han muerto en bombardeos aéreos y disparos de artillería, según ha denunciado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

DIÁLOGO EN ASTANÁ

El HNC, organización que engloba a las diferentes facciones políticas y armadas de los rebeldes, ha justificado el acuerdo con el régimen de Asad señalando que, a causa de los recursos limitados contra las fuerzas gubernamentales y sus aliados, “no era posible continuar” la lucha. Si se cumple lo acordado, dentro de un mes comenzarán las conversaciones de paz en Astaná, capital de Kazajistán, patrocinadas por Rusia, Turquía e Irán. Esta reunión precederá a las negociaciones auspiciadas por la ONU el 8 de febrero en Ginebra (Suiza), aunque no serán “una alternativa a Ginebra”, ha dicho el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu.

Esta nueva tregua en Siria, que en ocasiones anteriores fracasó cuando la propiciaron EEUU y Rusia, tiene como precedente inmediato el alto el fuego alcanzado a principios de mes en Alepo. En esta ocasión, también se ha logrado sin la intervención de EEUU, que ha perdido influencia tras la caída del sitiado enclave sirio y la elección de Donald Trump para la Casa Blanca. Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado, se limitó a señalar que EEUU espera que el acuerdo “sea plenamente implementado y respetado por todas las partes”.