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Humorista del odio

DIEUDONNÉ M'BALA M'BALA. El cómico antisistema empezó formando un exitoso tándem con un cómico de origen judío

Dieudonné M'Bala M'Bala.

Dieudonné M'Bala M'Bala. / pk/rt/cla/CD

E. R. / París

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"Yo hago reír pero soy un combatiente", admitió Dieudonné ante las cámaras de la televisión iraní Sahar tras definirse como un "militante antisionista" que recurre al humor por tratarse del "único medio de expresión" posible. Con esta declaración de principios, no es de extrañar que su versión del corte de mangas -brazo derecho tendido hacia abajo y el izquierdo cruzado sobre el hombro- haya sido interpretado como un saludo nazi invertido.

Nacido hace 48 años en Fontenay-aux-Roses, en la periferia de París, Dieudonné M'bala M'bala es hijo de un contable camerunés y de una socióloga bretona. Cómico de talento y precoz, nada hacía pensar en sus inicios que acabaría abrazando el antisemitismo y trabando amistad con el líder de la ultraderecha Jean-Marie Le Pen, para quien el holocausto no es más que "un detalle de la historia", hasta el punto de pedirle que fuera el padrino de uno de sus hijos.

En los años 90, se abrió camino en los teatros junto con Elie Semoun, popular artista de origen judío, con el que formó un famoso tándem. Ambos se lanzaron a la escena utilizando sus respectivas raíces y diferencias físicas y religiosas como fuente de inspiración para construir su corrosivo estilo. La colaboración se rompió abruptamente en 1997 por desavenencias de orden artístico y económico.

Con una trayectoria bien consolidada, Dieudonné prosiguió su carrera en solitario, enlazando los espectáculos teatrales con papeles en el cine. Pero paulatinamente, sus monólogos empezaron a adoptar un tono que iba más allá de la subversión provocativa. A partir del 2004, sus alusiones al Holocausto, a los judíos y las cámaras de gas se vuelven cada vez más inquietantes, pero le sigue un público fiel -que va del votante de la ultraderecha al islamista radical- amante de su "humor extremo".

La justicia ha condenado a Dieudonné en siete ocasiones por sus expresiones antisemitas. Ninguna se ha traducido en prisión, pero las multas ascienden a 65.000 euros. El humorista no ha pagado ni un céntimo. Formalmente es insolvente. Ninguna de las empresas asociadas a su actividad artística están a su nombre. Un sofisticado montaje -del que son beneficiarias su mujer y su hija-le ha permitido escapar al fisco. Eso que la cifra de negocios de producciones La plume, la sociedad que produce sus espectáculos desde el 2009, no es precisamente modesta: 1,5 millones de euros y un beneficio de 230.000 euros. Dieudonné es también un avispado comerciante. Tan solo con la venta de los productos de marketing -desde camisetas a tazas- ha recaudado 318.000 euros en un año.

Admirador de Asad

El ministro del Interior, Manuel Valls, no duda en calificarlo de "empresario del odio". El humorista se declara admirador de personajes como el expresidente iraní Mahmud Ahmadineyad, el fallecido dictador libio Muamar Gadafi o del presidente sirio Bashar el Asad. En el 2009 encabezó una lista antisionista que se presentó a las elecciones europeas junto con militantes de ultraderecha.

Pero el fracaso electoral no le arredró. En sus espectáculos, siempre en el teatro la Main d'Or de París, ha continuado denostando a lo que llama la "mafia judía", e insultando a famosos presentadores como Artur y artistas de origen hebreo como Patrick Bruel o Gad Elmaleh, pareja de Charlotte de Mónaco.