Francia cierra filas tras la ejecución del rehén en Argelia

Hervé Gourdel se convierte en el cuarto occidental decapitado por el Estado Islámico

Hervé Goudel.

Hervé Goudel.

EVA CANTÓN / PARÍS

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El montañero francés de 55 años y natural de Niza Hervé Gourdel se convirtió ayer en el cuarto occidental  decapitado por los terroristas del Estado Islámico (EI) en poco más de un mes, tras los asesinatos de los periodistas norteamericanos James Foley y Steven Sostloff,  y el cooperante británico Davis Haines.

Un vídeo difundido a media tarde bajo el título Mensaje de sangre para el Gobierno francés confirmó la determinación de los llamados Soldados del Califato -una rama escindida de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)  afín al Estado Islámico- de cumplir el ultimátum lanzado al presidente francés, François Hollande. Los terroristas exigían que Francia pusiera fin a los ataques militares que lanzó sobre Irak el pasado día 19 si quería salvar la vida de su ciudadano, secuestrado  en el norte de Argelia el pasado domingo.

ROSTRO CUBIERTO / En el vídeo aparecen imágenes de Hollande y se puede ver al rehén rodeado de cuatro hombres armados y con el rostro cubierto. Gourdel está arrodillado, con las manos en la espalda y dirige unas palabras de amor hacia su familia y amigos. Luego, uno de los terroristas lee un mensaje en el que denuncia la «cruzada de los criminales franceses contra los musulmanes en Argelia, Mali e Irak». Justifica su acción para «vengar a las víctimas en Argelia y en apoyo al califato».

La noticia de la muerte de Gourdel llegó a París en pleno debate parlamentario sobre la intervención militar francesa en Irak que el primer ministro, Manuel Valls, justificó en aras de la «seguridad nacional» y frente a una amenaza que está presente «desde hace mucho tiempo». En un ambiente marcado por la tristeza y la indignación, la clase política francesa quiso dar muestra de unidad. «No hay izquierda, ni derecha, ni centro. Está la República, de pie», declaró el jefe de filas de la conservadora UMP, François Fillon. Mientras, desde Nueva York, donde acudió a la Asamblea General de la ONU, el presidente François Hollande dijo que Hervé Gourdel había muerto «por ser francés» y reiteró su determinación de seguir el combate contra el yihadismo «el tiempo que sea necesario». «Ha sido asesinado de manera cobarde, cruel y vergonzante», añadió. En Saint Martin Vésubie, localidad del sur de Francia donde vivía Gourdel, se vivió una auténtica conmoción y entre las reacciones que circulaban en las redes sociales la palabra «horror» era la más repetidas. El Elíseo celebrará hoy una reunión extraordinaria  para reforzar la protección de los franceses en el exterior. El país está desde hace días en máxima alerta.