MEMORIA CONTRA LA BARBARIE

Colores para recordar el horror de Auschwitz

Un proyecto artístico recupera las historias de las 38.916 víctimas del campo de concentración nazi que fueron fotografiadas antes de ser asesinadas

Carles Planas Bou

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una mirada perdida, un cuerpo frágil y una tristeza impropia de una criatura. Vestida con un abultado pijama de rayas y con un pañuelo improvisado para cubrirse la cabeza, Czeslawa Kwoka era forzada a posar frente a la cámara. Era finales de 1942 y esta niña polaca de apenas 14 años de edad acababa de ser deportada a Auschwitz. Era la prisionera 26.947. Poco más tarde sería asesinada de una inyección directa al corazón.

Pensar en Auschwitz es hacerlo en blanco y negro, viajar al rincón más oscuro de la memoria de Alemania, ahí donde se hace frágil y se difumina. Sin embargo, desde el museo del infame campo de concentración nazi han querido volver la vista a la barbarie para explicar las historias que se esconden detrás.

Del 1,3 millones de prisioneros que fueron asesinados, el museo conserva actualmente fotos de hasta 38.916 personas que fueron tomadas entre 1941 y 1943, una muestra que supone menos del 10% de los prisioneros registrados en el campo de exterminio nazi. Pero más allá de las cifras había vidas, con nombres y rostros que vuelven al presente.

Memoria del holocausto

Encabezado por la artista brasileña Marina Amaral, el proyecto ‘Faces of Auschwitz’ devuelve el color a esas imágenes ennegrecidas por el paso del tiempo y relata, caso por caso, el periplo de los inocentes a los que arrebataron la vida. “La foto de Czeslawa en color hace que la gente entienda que esas víctimas eran exactamente como nosotros y eso despierta el interés en el Holocausto”, explica Amaral a EL PERIÓDICO.

Hombres, mujeres y niños como Czeslawa se apagan frente a la cámara y escrutan el objetivo inmortalizando ese imperecedero retrato del horror. Una imagen fantasmagórica que, ahora, vuelve a observarnos desde el pasado. “‘Faces of Auschwitz’ pretende recuperar esas historias y presentarlas al mundo a través de una perspectiva moderna para que las futuras generaciones sean capaces de mirar hacia atrás a los que perdimos”, explican.

Ni en blanco y negro, ni en el polvoriento archivo de un museo en Polonia. La iniciativa, apoyada por el memorial de Auschwitz, cuenta con una página web donde se irán detallando esas vidas y donde se podrá comparar la imagen tomada por los nazis con la versión actual retocada y en color. Un exhaustivo ejercicio de memoria histórica y de arte gráfico que nos recuerda que la barbarie tuvo lugar en el corazón de Europa hace menos de 80 años.

Despertar del letargo

Como ya hizo el magnífico documental francés ‘Apocalipsis: la segunda Guerra Mundial’, Amaral ha seguido un proceso de coloración de la imagen para despertarla así del letargo al que condena la historia y llevarla de nuevo a nuestros días. “Los colores nos ayudan a entender que ésta era gente real, no tan sólo estadísticas”, explica. El museo de Auschwitz ha colaborado con ella proporcionándole las imágenes y toda la documentación sobre sus protagonistas.

Su proyecto llega en un momento en el que la memoria pierde peso mientras lo ganan las formaciones ultranacionalistas y xenófobas que crecen en ambos lados del Atlántico. El pasado jueves 12 de abril, día del recuerdo al Holocausto, una encuesta destapó que hasta un 41% de los estadounidenses no saben lo que fue Auschwitz, una cifra que se dispara al 66% entre los nacidos a partir del 1981. En Alemania también empieza a fallar la memoria de los más jóvenes. Mientras que un 86% de los alemanes conoce en campo de exterminio nazi (cinco puntos menos que en el 2012), entre los estudiantes se reduce al 59%.