TENSIÓN EN ASIA

China levanta sistemas defensivos en sus islas artificiales

Trump ha prometido una actitud más resuelta contra Pekín en el Pacífico

Imagen de la isla de Hughes, con las zonas supuestamente dotadas con baterías antiaéreas.

Imagen de la isla de Hughes, con las zonas supuestamente dotadas con baterías antiaéreas. / periodico

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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China está llenando las islas artificiales levantadas en el Pacífico de sistemas armamentistas de defensa a pesar de su presunta finalidad civil. Es la conclusión de un 'think tank' estadounidense tras examinar durante seis meses las fotografías de satélite. Esas explanadas creadas a base de acumular arena en medio del océano han complicado aún más las abundantes reclamaciones territoriales en la zona. 

Las imágenes muestran grandes construcciones hexagonales sobre los arrecifes de Fiery Cross, Mischief y Subi, situados en el archipiélago Spratley que Pekín y Filipinas reclaman como propio. Esas construcciones serían la evolución de fortificaciones más modestas levantadas con anterioridad. El análisis de las imágenes muestra lo que podría ser una batería antiaérea, un sistema contra misiles y un radar, según la Iniciativa por la Transparencia Marítima de Asia (AMTI, por sus siglas inglesas) del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington. Las instalaciones sobre Fiery Cross están cubiertas para evitar el espionaje desde el espacio, pero su tamaño indicaría que esconden similares sistemas defensivos, indica AMTI.

Las estructuras muestran la acentuada voluntad china de proteger esos islotes en cualquier contingencia bélica. “Entre otras cosas, serían la última línea de defensa contra misiles de larga distancia lanzados por Estados Unidos u otro país contra esas bases aéreas que pronto estarán operativas”, juzga el 'think tank'. Las islas han sido descritas como gigantescos y inhundibles portaviones. Pekín ya desplegó antes plataformas de misiles tierra-aire en el archipiélago Paracelso.

APOYO A LA NAVEGACIÓN

China ha insistido en que las islas artificiales cumplirán una valiosa labor de apoyo a la navegación internacional en una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. El presidente, Xi Jinping, subrayó en su último viaje a Washington que no pretendía su militarización. El Ministerio de Exteriores se ha mostrado este jueves sorprendido por la polvareda levantada por los hallazgos. Las islas son chinas, ha repetido, por lo que cualquier construcción en ellas es irrebatible. “Si levantar instalaciones defensivas necesarias es considerado como militarización, ¿qué es entonces el envío de flotas al mar del Sur de China?”, ha inquirido el portavoz Geng Shuang.

Shuang se refiere a los ejercicios que Estados Unidos llama como “libertad de navegación” y que consisten en pasear periódicamete sus buques y aviones de guerra frente a las islas para descomponer a Pekín. Según China, atentan contra la exclusión marítima legal. Según Washington, las islas son ilegales.

RECLAMACIONES TERRITORIALES

Cuesta sorprenderse por las últimas revelaciones. En el mar del Sur de China confluyen las reclamaciones territoriales de Brunei, Malasia, Filipinas, Taiwán, Vietnam y China. En sus aguas se han sucedido los conflictos entre la Marina china contra la de sus vecinos. La militarización de esas islas supone un paso elemental. No es superfluo recordar que todas las infraestructuras chinas son solo defensivas ante una presencia militar estadounidense creciente en su patio trasero que dispara cíclicamente las tensiones. El presidente electo, Donald Trump, ha criticado la actitud china en el Pacífico y prometido una actitud más resuelta que la de su predecesor.

Un laudo arbitral reciente que negaba las reclamaciones territoriales chinas y apoyaba las tesis filipinas amenazó con devolver la conflictividad. La llegada al poder de Rodrigo Duterte, más afín al gigante asiático que su predecesor, ha calmado las aguas.