Cameron habla de Nigeria y Afganistán como dos de los países más corruptos del mundo

David Cameron ha protagonizado un patinazo diplomático cuando los micrófonos han captado una conversación con la reina Isabel II en la que ha calificado a Nigeria y Afganistán como unos países “increíblemente corruptos, posiblemente, los dos países más corruptos del mundo”.

El primer ministro británico se hallaba con la soberana y el arzobispo de Canterbury, junto a otros miembros del gobierno, en el palacio de Buckingham, cuando comentó, no muy lejos de las cámaras de televisión que estaban grabando la escena, la agenda de una cumbre contra la corrupción que tendrá lugar en Londres el próximo jueves. En un tomo desenfadado, Cameron contó muy desenvuelto que asistirían algunos líderes de “países fantásticamente corruptos” y encima mencionó a dos de ellos.

“Hemos tenido una reunión de gabinete muy exitosa esta mañana. Hablamos de nuestra cumbre contra la corrupción. Van a venir a Gran Bretaña algunos líderes de países increíblemente corruptos. Nigeria y Afganistán son posiblemente los dos países más corruptos del mundo”, comentó Cameron. Ese momento el arzobispo Justin Welby le interrumpió y corrigió sobre Nigeria. “Ese presidente en particular no es corrupto. Está luchando mucho”. Welby se refería al presidente nigeriano, que ascendió al poder el año pasado con la consigna de emprender una batalla contra la corrupción.

EL FMI Y EL BANCO MUNDIAL

Muhammadu Buhari  afirma estar “conmocionado” por el comentario del mandatario, que será su anfitrión en Londres. También tiene pensado asistir a la cumbre el presidente de Afganistán, Ashraf Gahni, al igual que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y los directores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Las críticas llueven sobre Cameron por el tono y la ligereza de sus comentarios. No es su primera indiscreción con la reina. Los activistas anticorrupción recuerdan que el propio primer ministro y su familia se vieron involucrados en los papeles de Panamá.

El Reino Unido, además, tiene mucho que reprocharse. Algunos de los territorios de ultramar dependientes de la Corona británica son importantes paraísos fiscales y están considerados como centros de lavado de dinero y corrupción del planeta.