"Debemos conseguir que Arabia Saudí deje de financiar al Estado Islámico"

El blogero opositor de Baréin Ali Abdulemam, exiliado en Londres, afirma que las primaveras árabes continúan en proceso

El bloguero opositor de Baréin Ali Abdulemam.

El bloguero opositor de Baréin Ali Abdulemam. / periodico

MONTSE MARTÍNEZ / BARCELONA

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Ante la pregunta de cómo logró escapar de Baréin, sonríe como única respuesta. No quiere dar detalles para no poner en peligro a quienes le facilitaron la salida del pequeño archipiélago del Golfo Pérsico, liderado por una monarquía de tinte dictatorial, corrupta e implacable con la oposición. Ali Abdulemam, de 37 años y padre de tres hijos, activista opositor y bloguero de referencia en la revolución del 2011 explica, no sin cierto poso de tristeza, que ya no es de ningún sitio. Perseguido y torturado en prisión, el Reino Unido le ha otorgado el asilo político -vive en Londres- mientras su Gobierno le ha retirado la condición de ciudadano. Sueña con volver, repite en una entrevista en Barcelona, donde ha sido invitado por la Oficina del Parlamento Europeo.

-¿Cuál es la situación actual en Baréin en relación a los derechos humanos?

-No hay una sociedad civil muy fuerte. La violación de los derechos humanos es diaria, la tortura sistemática y el Estado está construido desde la discriminación. La situación actual es la peor que se ha vivido en la historia de Baréin. Este rey (Hamad Binisa Al Jalifa) es el peor que ha ejercido el poder en Baréin. Su padre fue malo pero no tanto como él. Hay mucha tortura, mucha discriminación. La única esperanza para mucha gente es dejar el país y eso nunca había pasado.

-¿Cómo y cuándo decidió dedicarse al activismo político en un país donde puede costarle la vida?

-No fue una decisión, me encontré envuelto en en este tipo de actividad. Crecí en un barrio donde había gente que sufría y me pregunté qué podía hacer por ellos. Algunos estaban en prisión, sometidos a torturas. Mi primo estaba en la cárcel por cuestiones políticas. Mi hermano, en los 90, estaba en política en el momento del levantamiento y yo, con 16 años, ya me vi envuelto. La situación evolucionó hasta alcanzar un estadio más alto y desarrollé la web. Siempre me he encontrado en medio del activismo.

-¿Cómo fue esta evolución hasta crear la página Baréin Online?

-Cuando empecé a usar internet en los 90, años de una anterior revolución, pensé en hacer algo para la oposición.Creé la web Baréin Online y me fui a dormir. Por la mañana, cuando me desperté, comprobé que había mucha gente registrada que había colgado sus comentarios sin que yo hubiera invitado a nadie. La actividad era tan alta que se convirtió en un referente para las noticias, como un periódico con vídeos y documentos exclusivos. Ganó credibilidad entre la gente. "Si lo dice la web, es cierto", decía la gente, en contraposición a los medios de comunicación tradicionales.

-¿Hubiera sido posible la primavera árabe sin redes sociales?

-No. Los medios tradicionales son manipulados por los estados árabes. Las redes sociales son una plataforma muy crítica y su efecto es muy importante en nuestra región. En Baréin Twitter funciona, es la principal plataforma para convocar protestas y el Gobierno no lo bloquea por no manchar su reputación, pero detienen a los usuarios por sus mensajes.

-¿Viendo cómo han derivado las primaveras árabes sigue pensando que en Baréin, que también tuvo la suya, puede cambiar algo?

-Sí, lo creo. Soy muy muy optimista.Quizá se retrasen meses o años pero los cambios vendrán. No es cuestión de si el cambio llegará o no, es cuestión de cuándo. Si en los próximos meses o los próximos años. No creo que tarde más de dos o tres años aunque no lo puedo asegurar porque la situación en la región se está volviendo cada vez más compleja por la irrupción del Estado Islámico. El cambio puede retrasarse pero no puede ser borrado de la memoria de la gente.

-¿Las primaveras árabes han valido la pena?

-Sí. Y las primaveras árabes no han terminado todavía. No me gusta hablar de las primaveras árabes en pasado y terminadas. Hay algunos problemas y dificultades y asuntos como la irrupción del EI, pero no han borrado el sueño de la juventud.

-¿Pero experiencias como la de Libia y Egipto no le desaniman?

-Eso no es primavera árabe. La primavera árabe es una revolución contra los viejos poderes que no son solo los regímenes sino todo este tipo de milicias. La primavera árabe va contra el Estado Islámico y contra la guerra civil. 

-¿Qué opina sobre el fenómeno del Estado Islámico?

-El Estado Islámico es equiparable a los viejos regímenes. No son propios de este siglo, sino de hace cientos de años y no pueden sobrevivir.Todo el mundo tiene que unirse contra el EI.

-¿Está de acuerdo con la política de los países occidentales contra el EI, hasta el punto de que ahora quieren aliarse con Asad?

-En cuanto a la alianza con Asad, no es una respuesta fácil, porque Asad también ha cometido crímenes contra su propia gente. Creo que las Naciones Unidas tienen que intervenir. Pero no solo bombardear, sino eliminar sus fuentes de financiación, que sabemos que vienen de Arabia Saudí.  Debemos conseguir que Arabia Saudí deje de financiar al Estado Islámico. Igual que Turquía. Hay pruebas evidentes de que Turquía apoya al EI y se está beneficiando del petróleo procedente de Irak que le llega a través de Siria.Pero se da la paradoja de que los países occidentales, los mismos que luchan contra el Estado Islámico, apoyan a Arabia Saudí.