CONTRAPUNTO

Más empleo, pero con menos salario y pensión

Manifestación de pensionistas en Barcelona.

Manifestación de pensionistas en Barcelona. / periodico

SALVADOR SABRIÀ

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Lo que la percepción social ya había constatado, ahora lo han hecho las estadísticas oficiales. Buena parte del empleo creado durante esta crisis, prácticamente un tercio, y con el amparo de la reforma laboral se ha hecho a base de repartir el existente, ya sea en horas o en salarios. En muchos casos, donde antes trabajaba uno, ahora lo hacen tres y por el mismo precio, para sintetizarlo. Los últimos datos de la EPA confirman esta tendencia. También han confirmado esta semana los sesudos estudios y previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) que, de no adoptarse medidas correctoras, con el sistema actual de pensiones estas prestaciones perderán al menos un 7% de poder adquisitivo en el periodo 2013-2022.

Los temores pues, se confirman, y tendemos a un país con salarios más bajos, un empleo temporal y a tiempo parcial en aumento y unas pensiones que pierden poder de compra. Y todo ello en el marco de una recuperación económica, con la actividad subiendo a un ritmo que oscila entre el 2% y el 3% anual.

Aunque no todo el mundo lo vive igual. Los datos de la autoridad bancaria europea (EBA por sus siglas en inglés) constataban que en el 2016 se ha incrementado el número de altos ejecutivos y cargos bancarios que ingresaron más de un millón de euros anuales.

En todos estos casos, y en muchos más, se juega con el lenguaje para justificar o hacer pasar gato por liebre. Los despidos se han convertido en "efectos de las sinergias" y las reestructuraciones. Los trabajadores son "recursos", eso sí, al menos considerados "humanos". Eliminar los empleados con más experiencia de una empresa, que suelen ser los mayores y también los que cobran trienios y similares y otras "cargas" salariales conseguidas a lo largo de su dilatada actividad en la empresa, se convierte en "rejuvenecer" la plantilla para adaptarla a los nuevos tiempos. Unos cambios, que, curiosamente, no parecen necesarios en las cúpulas de estas grandes compañías, en las que sí que se valora la experiencia y muy pocos pasan a dirigirlas con menos de 60 años. O esto es un acierto, o lo del necesario "rejuvenecimiento" es una gran mentira y se trata solo de abaratar costes. 

Este cambio de trabajadores de más edad por jóvenes que, en muchos casos, entran en la categoría de mileruristas o poco más, tiene efectos también sobre el sistema de bienestar en su conjunto: aumenta el número de pensionistas con carreras de cotización largas y por ello con derecho a cobrar prestaciones altas, y bajan los ingresos de la Seguridad Social necesarios para poder pagarles porque los nuevos empleos cotizan mucho menos. Pan para hoy y hambre para mañana, que dentro de unos años constatarán también las estadísticas y estudios oficiales si no se actúa ahora.