la carrera a la casa blanca

Michelle: "Obama sigue siendo el mismo que hace cuatro años"

La primera dama ofrece un discurso muy personal para humanizar a su marido y defender su reelección

Michelle Obama, radiante, en la apertura de la convención demócrata, en Charlotte.

Michelle Obama, radiante, en la apertura de la convención demócrata, en Charlotte. / KS DG**NY**

RICARDO MIR DE FRANCIA / Charlotte (enviado especial)

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La primera dama de EEUU,Michelle Obama, defendió este martes la gestión de su marido y le recordó al país losorígenes y los valores del presidente, tratando de desmontar esa estrategia republicana que se esfuerza por presentarlo como un elitista sin los pies en la tierra y alejado de los problemas del estadounidense medio. Fue un discurso dealto voltaje emocional y tejido con mimbres personales e íntimos, una sutil exaltación de la clase media y del papel del Estado como garante de las oportunidades para todos los ciudadanos. Sin mencionarlos una sola vez, la suya fue también una impugnación demoledora del credo de sus rivales conservadores y de su candidatoMitt Romney.

Ante un auditorio que llenó el estadioTime Warner Cable Arena de Charlotte(Carolina del Norte) en el cierre de la primera jornada de laconvención demócrata, Michelle recordó las dificultades de su familia y la del presidente para sacar a sus familias adelante. Habló de su padre, un empleado de gasolinera que "casi nunca" faltó al trabajo pese a sufrir una esclerosis múltiple porque quería dar a sus hijos la educación que él nunca tuvo. "Para mi padre eso es lo que significaba ser un hombre", dijo arrancando el aplauso. O de las dificultades de la madre de Obama para llegar a fin de mes y de las trabas de su abuela para ascender laboralmente y cobrar lo mismo que sus compañeros en el banco donde empezó de secretaria por ser mujer.

Apoyándose en virtudes que se arroga la América conservadora, como el trabajo duro, la integridad, la familia y la decencia, Michelle desmontó algunas de las ideas expresadas por Romney y los republicanos. Desde esa que preconiza que las ayudas sociales solo fomentan la vagancia o aquella otra de que la denuncia de la desigualdad económica es solo una cuestión de envidia.

"Ellos no envidiaban el éxito de nadie o que otros tuvieran más que ellos, de hecho, lo admiraban", dijo refiriéndose a sus padres y los del su marido.

Hombre del pueblo

Michelle se esforzó por presentar a Obama como un hombre del pueblo, que sabe lo que es enfrentarse a una deuda estudiantil desorbitada o que "empezó su carrera declinando empleos muy bien pagados" para trabajar en como organizador comunitario en los barrios más desfavorecidos de Chicago. "Para Barack el éxito no depende de cuánto dinero ganas, sino de lo que aportas a la vida de otras personas", dijo en una alusión cruzada a la trayectoria de Romney y la concepción del éxito desde la óptica de algunos republicanos.

"Él cree que cuando trabajas duro, lo haces bien y atraviesas la puerta de las oportunidades, no la cierras después detrás de tuyo sino que te vuelves y les das a otros las mismas oportunidades para ayudarles a tener éxito", aseguró seguramente en la frase más demoledora de su discurso. Solo una parte de él lo dedicó a recordar los logros de su presidencia, desde la reforma sanitaria a las ayudas estudiantiles, los recortes de impuestos para la clase media o la ley que busca la igualdad de salarios para hombres y mujeres. "Al final, para Barack, estos asuntos no son políticos sino personales. Porque Barack sabe qué significa cuando una familia tiene dificultades", apostilló.