Del 20-N del 2011 al 25-N del 2012

Hoy, cuando hace un año de laselecciones generales del 20-N del 2011, es un buen momento para reflexionar sobre lo que ha sucedido en estos 365 días, con la vista puesta en las elecciones catalanas del 25-N.

Quizás lo más destacado sea elfraude político cometido por el PP, que fue elegido con una clara mayoría absoluta, construida sobre dos pilares, la gran frustración provocada por las políticas del Gobierno de Zapatero y la gran esperanza de que el cambio nos llevase a la recuperación económica.

A estas alturas ya es evidente que no solo no se ha producido larecuperación económica y del empleo, sino que las políticas deajuste duro, intenso y rápido, mal llamadas deausteridad, nos están hundiendo más en el pozo de la recesión y nos han situado en un círculo vicioso de recortes,recesión, másrecortes y más recesión.

Fracaso de las políticas económicas y aumento insostenible delparo, ladesigualdad y lapobreza son las marcas profundas que han dejado 365 días de mayoría absoluta del PP.

Brutal fraude político

Pero, sin menospreciar la gravedad social de estas políticas, lo más grave quizá sea el brutal fraude político perpetrado por el PP con la mayoría absoluta que le dio la ciudadanía. Y un año después es un buen momento para reflexionar. Especialmente en Catalunya y ante las insistentes demandas del candidato Mas a que la ciudadanía le otorgue lamayoría absolutael próximo 25-N.

Una reflexión de fondo pasa por constatar la obsolescencia de nuestro sistema democrático. En la era de los tiempos digitales, en que todo ocurre a una velocidad supersónica, continuamos teniendo un sistema de representación política propio de los tiempos preindustriales, caracterizado por votaciones cada cuatro años y usurpación por parte de los representantes elegidos de lasoberanía popular durante estos cuatro años.

Esta profundaasimetría sobre los tiempos y los espacios de la economía y la sociedad y los de la política es la que nos obliga a repensar la democracia y a abrir un proceso constituyente que permita la ciudadanía no tener que renunciar a su soberanía, cuando ejerce el voto.

Minimizar riesgos

Pero, mientras este procesoconstituyente llega y se reforma nuestro sistema político y electoral, la ciudadanía tiene una manera de minimizar los riesgos. No otorgar la mayoría absoluta a ningún partido político.

La mayoría absoluta del PP ha sido utilizada como un'cheque en blanco' para cuatro años. Que la ciudadanía de Cataluña diera otra mayoría absoluta a la derecha, en este caso a la derecha catalana, sería legítimo políticamente pero conllevaría unacatástrofe en términos democráticos.

Mayoría absoluta de la derecha española del PP en España y mayoría absoluta de la derecha catalana de CiU sería un suicidio democrático y un cheque un blanco para eldesmantelamiento delEstado social.

Plena coincidencia de populares y convergentes

Esta afirmación no es un apriorismo, es la constatación de la otraenseñanza importante de este último año. La plena coincidencia entre PP y CiU en política económica, fiscal, social y laboral. Una coincidencia que ahora quieren esconder con el debate nacional, pero que ha sido una constante en estos 365 días, durante los cuales CiU ha votado 17 de los 27 decretos ley del Gobierno del PP. Decretos ley tan significativos como la reforma laboral, los ajustes presupuestarios de 2012, los objetivos deestabilidad y eldéficit público.

El 'president' Mas ha convocado anticipadamente unas elecciones catalanas para conseguir que el candidato Mas obtenga mayoría absoluta. Y para lograrlo necesita que la ciudadanía de Catalunya caiga en la trampa de una descomunalamnesia colectiva.

Harían bien los catalanes y las catalanas, cuando ejerzan suderecho al voto, al recordar las tres cosas que nos enseñan estos 365 días.

La mayoría absoluta es una decisión política que se toma un día y se sufre durante cuatro años, sin posibilidad demarcha atrás.

El PP y CiU tienen el mismomodelo de sociedad en el terreno económico, fiscal, laboral y social.

Dos mayorías absolutas, la del PP en España y la de CiU en Catalunya, que coinciden en el modelo económico social, no serían solo dos cheques en blanco, serían otorgar a la derecha española y catalana licencia absoluta para recortar, manos libres para desmantelar la Estado social. Y para cuatro años.

Esperemos que la ciudadanía de Catalunya lo tengapresente el 25-N.