CURSOS ONLINE MASIVOS

Los MOOC, el patio del recreo docente

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Carmen Jané

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Los MOOC son a veces el patio del recreo de los profesores que ven en internet la oportunidad de hacer lo que no pueden en clase. Así hay cursos como “Tecnociencia y ciencia ficción: de King Kong a Einstein” de la UPC, “La magia en la Edad Media” de la UB (que va por los 60.000 inscritos), o el de “La cultura del té y la cultura del vino” que prepara la Universitat de Girona para este año. Es la transversalidad académica que se reclama muchas veces. 

O también cubrir una necesidad social, como el curso de Primeros auxilios psicológicos de la UAB o el de gestión forestal para formar a futuros bomberos voluntarios que prepara de la Universitat de Lleida. Hay para todos los gustos, niveles académicos e intereses.

Algunos han permitido descubrir comunidades curiosas. Es el caso del MOOC sobre Egiptología que organiza la UAB y que fue uno de los primeros en arrancar el formato. “Nos llamaron del vicerrectorado para sugerirnos la idea porque nosotros organizamos el master en Egiptología, que es único en España con unos 20 a 25 alumnos por año, y alguien pensó que podía tener éxito”, explica su director, Josep Cervelló.

Vaya si lo tuvo. Más de 100.000 alumnos inscritos, una cuarta parte el primer año, y un montón de ediciones, ahora imposibles de calcular porque en las plataformas comerciales cada alumno empieza cuando quiere. Aunque también hay, como siempre en este tipo de cursos, mucho abandono.  

“El MOOC nos ha descubierto auténticos entusiastas de la disciplina, capaces de trabajar mucho y de comunicarse en los foros. Había aportaciones de mucho nivel. Somos ya casi una ‘secta’, que han abierto grupos en Facebook y continúan en contacto una vez acabado el curso”, señala Cervelló. Entre ellos, médicos, filósofos o matemáticos que comparten su afición. Algunos han pasado del MOOC al máster, “porque no pedimos requisitos previos, solo que te interese”, afirma.

El gran cambio fue el modelo de docencia. “Fue pasar de verte la cara en un aula a hablarle a no se sabe quién. El formato, además, es traidor, porque cuesta mucho más trabajo de lo que parece, pero ya le hemos cogido el gusto y ahora estamos pensando si virtualizamos el master con vídeos y clases por Skype”, sugiere.

Mantener los contenidos renovados también es un reto, porque pese a lo que alguien pueda pensar, en egiptología la actualización es constante. Han lanzado un spinoff: otro MOOC sobre el Valle de los Reyes, y preparan otro sobre los jeroglíficos, mucho más especializados.

Otro bestseller ha sido el curso de “Corrección, estilo y variaciones de la lengua española”, que dirige Santiago Alcoba y que es único. O el de Procesado de Alimentos de la Universitat de Lleida. “Los menos eran los alumnos catalanes. Había gente de hasta 100 países”, afirma Francisco García, vicerrector del centro.

"La necesidad de llegar a una audiencia más amplia para justificar el coste limita que se hagan en inglés o en castellano", admite García. La UPF, de hecho, es de las pocas que hace MOOCs en catalán: uno sobre fabricación digital, otro sobre Ramon Llull, un tercero sobre innovación y otro sobre la lengua de signos catalana, curiosamente el que tiene más éxito.

“Fue una idea personal que propuse al director de Future Learning. Me la aceptó porque su hermana es sorda y está muy sensibilizado por el tema. Tuvimos 6.000 alumnos en la primera convocatoria, porque la lengua de signos catalana es muy parecida a la de EEUU”, explica Manel Jiménez, director académico del Center for Learning Innovation and Knowledge (CLICK) de la UPF.  También tienen otro para explicar en inglés qué es Catalunya.