Una ley para hacer una criba

Más complicado. Y, por lo tanto, con un efecto de criba. El borrador de ley que tiene preparado el Gobierno reformará la ley 11/1986, de 20 de marzo, de Patentes y reducirá de forma sustancial el número de invenciones que recurren a este sistema de protección, según los expertos. El examen previo para la concesión de la patente pasará a ser obligatorio.

El texto opta por eliminar el actual sistema opcional o también denominado «a la carta», introducido en la reforma llevada a cabo por el real decreto ley 8/1988 de medidas urgentes en materia de propiedad industrial. Según el propio preámbulo del proyecto del ministerio de Industria, la regulación actual «ofrece una percepción ilusoria de nuestro nivel de innovación ya que el procedimiento de concesión sin examen previo es elegido por el 90% de los solicitantes.

Además, la normativa actual «acaba por trasladar a los competidores y a los tribunales el coste y la carga de anular patentes que nunca debieron ser concedidas, con la consiguiente desviación de recursos, y propicia la presencia de burbujas tecnológicas y falseamientos de la competencia basados en títulos cuya presunción de validez solo puede ser destruida en vía jurisdiccional».

A su vez, la regulación vigente obliga a la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) a dedicar parte de sus medios «a tramitar solicitudes de baja calidad que luego son abandonadas en un porcentaje que ronda el 28%, tras un premioso examen técnico y de formalidades».

Según Pepe Isern, socio de J. Isern Patentes y Marcas, el principal efecto es que «se solicitarán menos patentes y, por tanto, también se concederán menos». Los principales efectos serán un trasvase hacia la figura del modelo de utilidad, «en la que la exigencia es menor, pero también la protección», explica Isern. También son más baratas. En las patentes la protección dura 20 años y en los modelos de utilidad 10. Isern también considera una buena noticia la entrada en vigor de la patente unitaria en Europa. Será el 70% más económica y, como no integra ni a Italia ni a España, las empresas extranjeras que quieran aplicar sus derechos en esos dos países tendrán que seguir aportando la traducción.

Las patentes son un pilar del I+D, que supone una palanca de crecimiento para los países. En España se potencia poco porque requiere tiempo y recursos. Uno de los empresarios más ricos de Catalunya afirmaba hace un tiempo: «En I+D tenemos poco que hacer. Lo nuestro tiene que ser la i pequeña de la I+D+i, es decir, la innovación. Ahí, por nuestra creatividad, podemos dar la batalla». Y hay ejemplos incluso en la forma cómo se distribuye y vende la ropa: Zara, Mango...