EXPANSIÓN DE UNA INDUSTRIA CATALANA

El té de Miquel y Costas

En familia 8Mercader flanqueado por el director general, su hijo Jordi (derecha) y el secretario general, Xavier Basáñez, en el Círculo Ecuestre.

En familia 8Mercader flanqueado por el director general, su hijo Jordi (derecha) y el secretario general, Xavier Basáñez, en el Círculo Ecuestre.

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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Para Miquel y Costas ha llegado la hora del té. La papelera catalana prevé desembarcar este año en Filipinas para obtener sobre el terreno el árbol abacá, del que se obtiene la materia prima para fabricar bolsitas de té. Esta planta herbácea es una de las formas de vida de muchos campesinos del país. Según el presidente de Miquel y Costas, Jordi Mercader, la compañía estudia incluso crear una herramienta sencilla para que los agricultores puedan cortar las ramas con más comodidad.

La materia prima de Filipinas abastecerá la fábrica de Terranova Papers, en La Pobla de Claramunt (Anoia), que funciona desde otoño y que produce papeles de alto valor añadido. Además, según Mercader, la presencia en ese país permitirá a la compañía estar más próxima al área de Asia-Pacífico, muy importante para su negocio internacional por su potencial. Explicó lo gigantescos que son mercados como China, la India o Indonesia en demanda de té. Actualmente lo consumen sin bolsita, pero el potencial cuando empiecen a emplearlas es enorme, dijo.

La empresa también desembarcará en Brasil, donde no descarta a medio plazo abrir una planta. Según Mercader, la implantación en la primera economía sudamericana debe tener un componente comercial para aumentar las ventas. «Queremos dar un paso más de proximidad y no ser un simple exportador», dijo y agregó que se constituirá una sociedad para estudiar una futura implantación industrial.

La industria del tabaco, con el 70% de las ventas, sigue siendo la primera actividad de Miquel y Costas, pero su peso en la producción total bajó al 57% desde el 61% de dos años atrás. Le siguen los papeles industriales, con el 24% y los dirigidos a la industria gráfica, con el 19%. Las principales apuestas de la compañía siguen siendo el aumento de la productividad y la reducción de costes energéticos. La empresa destina una parte de su inversión a dotar a sus activos productivos de tecnología para «ser flexibles para fabricar toda la gama de productos». Se trata, añadió el presidente, de rentabilizar las instalaciones ociosas en un entorno industrial en el que la capacidad industrial «es suficiente».

La compañía, que celebró ayer su junta de accionistas, alcanzó el año pasado un beneficio neto de 27,1 millones, el 1,1% menos que en el 2012. La facturación, con 190,4 millones, se redujo el 4,4%. Miquel y Costas mantuvo el nivel habitual de recursos netos generados en 42,5 millones. El grupo mantendrá el ritmo de inversiones de los ejercicios precedentes con 30 millones entre este año y el que viene.