POLÍTICA TRIBUTARIA

EEUU y la UE intentan taponar la elusión fiscal

La Eurocámara pide a los Estados transparencia en los pactos fiscales

Edificios corporativos de Apple en Cork, en el sur de Irlanda.

Edificios corporativos de Apple en Cork, en el sur de Irlanda.

IDOYA NOAIN-SILVÍA MARTÍNEZ / NUEVA YORK-BRUSELAS

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La expatriación voluntaria de Pfizer (fabricante de Viagra) a Irlanda a través de una fusión inversa con Allergan (productor de Botox) para eludir impuestos en Estados Unidos no es la primera ni será la última de estas inversiones fiscales pero es una de las mayores y ha vuelto a enfocar la atención y a elevar la presión ante un problema que cada año cuesta miles de millones de dólares a las arcas públicas estadounidenses. En Europa, el Parlamento Europeo intenta acelerar el intercambio de información entre países para que las multinacionales paguen más allí donde generan sus beneficios.

Desde que en diciembre de 1982 la empresa de construcción e ingeniería McDermott hizo debutar esas «inversiones corporativas» para mantener sus beneficios fuera del alcance de la hacienda estadounidense y beneficiarse de tipos más bajos, la práctica se ha hecho más y más común. Aunque una ley en 2004 puso freno a algunas de esas operaciones, sobre todo en paraísos fiscales, y el Departamento del Tesoro adoptó también en 2012 normas contra la fuga a territorios fiscalmente más favorables con Irlanda, HolandaSuiza o el Reino Unido, el código fiscal ha seguido manteniendo vías para realizarlas. Entre el 2004 y el 2014 un total de 47 compañías mudaron su sede fuera de EEUU, más que en los 20 años anteriores juntos.

Es amplia la lista de esos expatriados fiscales que huyen de un impuesto de sociedades del 35% (el más alto de los países desarrollados) pero son las mayores empresas las que más ventajas obtienen alejadas del fisco de EEUU, que es el único país que grava los beneficios en el extranjero. El top ten que elaboró el año pasado un análisis de Bloomberg está compuesto por gigantes de los sectores tecnológico y farmacéutico. Lo encabezaba General Electric (que mantiene 119.000 millones de dólares fuera de EEUU), seguido por Microsoft (casi 93.000 millones), Pfizer (74.000 millones), Apple (casi 70.000 millones) e IBM (más de 61.000 millones). Completan la lista Merck, Johnson & Johnson, Cisco System, Exxon Mobil y Google.

Esos 10 gigantes tienen cerca de un tercio de los más de dos billones de dólares que se estiman fuera del alcance del fisco estadounidense, el doble que en 2008. Aunque ha habido esfuerzos de la Administración de Barack Obama y hasta consenso con los republicanos para abordar una reforma fiscal, que se construiría sobre unos ejes similares a la última, acometida por Ronald Reagan en 1986, se han ido estancando en el Congreso por diferencias en los detalles. Ahora, con las elecciones presidenciales a un año vista, y pese a la polémica sobre Pfizer, nadie ve ninguna opción de que la reforma llegue, si llega, antes de 2017.

SECRETISMO EN EUROPA

El secretismo de los gobiernos europeos y la poca transparencia que siguen mostrando respecto a los acuerdos fiscales con las multinacionales es uno de los problemas que más exasperación genera en la Eurocámara. El pleno de Estrasburgo votará hoy una nueva batería de medidas en la que exigen que las multinacionales paguen sus impuestos donde generan sus beneficios, que hagan públicos datos financieros como beneficios o impuestos pagados, una base común del impuesto de sociedades y más protección para personas que revelen escándalos de interés.

Es el resultado de la comisión especial sobre los acuerdos fiscales creada en febrero pasado, a raíz del escándalo Luxleaks, que hace un año puso al presidente de la Comisión, al ex primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, contra las cuerdas. Bajo su liderazgo el gran Ducado firmó pactos a la carta que permitieron a más de 300 multinacionales reducir al mínimo su factura tributaria. Uno de estos pactos -el de Fiat al que se suma Starbucks en Holanda- ya ha recibido el correctivo de los servicios de la competencia europeos que han exigido a Luxemburgo que recupere 30 millones que el gigante automovilístico pagó de menos.

Según la Comisión, la evasión y la elusión fiscal evitan que coticen cada año un billón de euros lo que afecta a contribuyentes y a muchas pequeñas y medianas empresas que funcionan en desventaja. «¿Qué dirían si tuvieran que pagar solo un 5% de impuestos. No se lo creerían, verdad?», se preguntaba la ponente del informe, la portuguesa Elisa Ferreira. «Es la realidad que tienen las grandes multinacionales que pagan a veces impuestos inferiores a esa cantidad, incluso en países donde el tipo medio es del 30%».

Es el mismo reproche que hace el coponente, el liberal alemán Michael Theurer: «No hay competencia fiscal leal. Hay muchas empresas, sobre todo multinacionales, que aprovechan los huecos para eludir impuestos. Disney paga un 0,3% cuando tiene ganancias de miles de millones. Facebook abonó, según la cámara de los comunes, 5.000 libras de impuesto de sociedades en 2014, menos que un asalariado de la compañía. Es injusto. Las pymes sufren una desventaja de entre el 20 y 25% respecto a las grandes empresas. Hay que cerrar filas».

Tras nueve meses de trabajo, el informe fue debatido ayer en un pleno del que salieron duros reproches a los gobiernos por falta de transparencia. «Las cosas no funcionan porque los Estados compiten por atraer a sus países a los cuarteles generales de las empresas», admitía el conservador luxemburgués, Frank Engel. «Probablemente habrá dificultades para llevar a la práctica las medidas de este informe extraordinario. Los estados miembros no aceptan el trabajo de este parlamento porque muchos estados entienden que es una competencia de ellos», avisa el socialista Ramón Jáuregui.