Conflictos en el sector aeronáutico

La bronca en Barajas altera el inicio del paro de Iberia

Trabajadores de Iberia     se manifiestan, ayer, en    el aeropuerto de Barajas.

Trabajadores de Iberia se manifiestan, ayer, en el aeropuerto de Barajas.

MERCEDES JANSA
MADRID

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La detención de cinco trabajadores de Iberia en el aeropuerto de Madrid-Barajas marcó la primera de las 15 jornadas de huelga en la compañía, que tuvo un seguimiento del 95%, según los sindicatos convocantes. Hubo algunos choques entre policía y manifestantes e incidencias con pasajeros por falta de información. La aerolínea aseguró que cumplió con los servicios mínimos decretados -había 135 vuelos programados- y la ubicación de casi todos los 70.000 pasajeros afectados.

Las detenciones se produjeron en un enfrentamiento entre los trabajadores y los antidisturbios que impedían la entrada a la T-4 de varios miles de empleados que participaron en una marcha a mediodía por las instalaciones de mantenimiento del aeropuerto.

Los arrestados fueron acusados por la policía de amenazas, resistencia, desobediencia y atentado a la autoridad. La UGT, uno de los sindicatos convocantes, denunció la «violenta» actuación policial y aseguró que los manifestantes «fueron acorralados» y se les impidió tanto entrar en la terminal como abandonarla. En un momento de la mañana, los huelguistas recorrieron en sus propios vehículos las instalaciones aeroportuarias de Barajas y causaron embotellamientos. Tanto Iberia como AENA recomendaron a los usuarios que se desplazaran al aeropuerto en transporte público.

CIERRE DE FACTURACIÓN / Pese al cerco policial los huelguistas lograron entrar en el vestíbulo de la terminal con profusión de pancartas y gritos de «Iberia no se vende, se defiende» y «esta batalla la vamos a ganar». En ese momento Iberia cerró los mostradores de facturación propios y los de British Airways, compañía con la que forma IAG. Este consorcio es el impulsor del plan de reestructuración que incluye el ERE con 3.807 despidos que motivan la huelga.

A primera hora de la tarde, la normalidad volvió a la terminal de Barajas y a los mostradores de facturación. Para evitar que en los próximos días -la huelga dura hasta el viernes- se produzcan hechos similares, Iberia recomendó a sus clientes que emitan sus tarjetas de embarque por internet o en las máquinas de facturación.

La incidencia de la huelga en los aeropuertos fue menor de lo que algunos habían augurado. Entre otras razones porque el paro fue convocado con bastantes días de antelación y la aerolínea tuvo tiempo de facilitar el cambio o anulación de billetes y la recolocación de los pasajeros en otras firmas. El Gobierno hizo un llamamiento a que empresa y trabajadores lleguen a un acuerdo «cuanto antes», aunque no sea satisfactorio en su totalidad.

MÁS DESPIDOS / Otro grupo turístico en grave situación es Orizonia, que cerrará las líneas de negocio no rentables y venderá el resto por partes. El director, José Duato, anunció ayer a los trabajadores en Palma que mañana solicitará el concurso voluntario de acreedores, con un ERE que podría afectar a entre 3.000 y 3.500 trabajadores, de un total de 5.000, según fuentes de CCOO, informa Sonia Gutiérrez.

Por su parte, la compañía aseguró que quiere mantener el máximo número de trabajadores y no confirmó la cifra de 3.000 despidos. Antes, explicó, intentará vender la compañía por partes. Las divisiones con más posibilidades de ser salvadas son la aerolínea Orbest y las agencias minoristas de Vibo.

Orizonia ya no vende billetes a través de sus agencias o sus turoperadores (Iberojet y Solplan, entre otros) y no garantizó que hoy salgan vuelos de Orbest.