El BCE se prepara para comprar deuda de gobiernos y empresas

Carcajadas de Draghi en un momento de la rueda de prensa de ayer.

Carcajadas de Draghi en un momento de la rueda de prensa de ayer.

ROSA MARÍA SÁNCHEZ / MADRID

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El Banco Central Europeo (BCE) se prepara para adoptar nuevas medidas de estímulos de la débil economía europea y, si llega el caso, está dispuesto a emprender la compra bien de bonos soberanos en el mercado secundario, bien de deuda de empresas, o bien las dos cosas.

Así interpertraron ayer los analistas las palabras del presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, cuando tras la reunión del BCE que decidió mantener el precio del dinero en su mínimo histórico (el 0,05%) anunció: «El consejo de gobierno es unánime en su compromiso de usar instrumentos no convencionales adicionales dentro de su mandato», aunque no citó medidas concretas.

En el comunicado oficial, Draghi leyó que «el consejo de gobierno ha asignado al personal del BCE y a los comités relevantes del Eurosistema la tarea de asegurar la preparación a tiempo para que sean implementadas más medidas en caso necesario». Esto es, en caso de que el periodo de baja inflación que tanto preocupa al BCE se prolongue por demasiado tiempo. Draghi expresó la preocupación de la institución por la debilidad del crecimiento de la zona euro y los potentes riesgos a la baja que amenazan.

Poco después, en la rueda de prensa, al ser preguntado por si la compra de deuda pública de los Gobiernos (lo que se conoce como Quantitative Easing, facilidad cuantitativa) podría encajar dentro del mandato del BCE respondió que «si no es financiación monetaria, entra dentro de nuestro mandato y mientras estemos dentro de nuestro mandato estamos seguros».

BUENA ACOGIDA EN LOS MERCADOS

Los mercados interpretaron rápidamente la importancia del anuncio formulado por Draghi tras tan oscuras expresines y reaccionaron con un deseado descenso del euro por debajo de los 1,24 dólares, el nivel más bajo en los dos últimos años. Las bolsas reaccionaron con alzas, si bien luego algunas de ellas, como la española, volvieron a las pérdidas.

Los analistas de Barclays consideran que el BCE podría empezar a comprar bonos soberanos a principios del 2015. Según esta entidad, una depreciación del euro en torno al 10% podría añadir 0,5 puntos a la inflación en el año  2015.

Otra opción sería ampliar el programa de compra de bonos privados e incluir deuda de empresas, según el analista de Royal Bank of Scotland, Richard Barwell, citado por Efe. El analista de IG Daniel Pingarrón señaló a Europa Press que, tras la reunión de ayer, las posibilidades de que se anuncien nuevos programas de compras en un futuro cercano han aumentado, y ha añadido que, a grandes rasgos, restan dos tipos de activos con potencial de ser adquiridos por el BCEbonos corporativos bonos soberanos.

UN BILLÓN DE EUROS

En todo caso, todas estas medidas serían adicionales a las ya adoptadas por el BCE en los últimos meses, que incluyen un nivel de tipos de interés en mínimos históricos, las compras de titulizaciones y bonos garantizados, así como las subastas de liquidez condicionadas a la mayor concesion de créditos a empresas y familias.

El programa de compra de bonos garantizados comenzó en octubre. Draghi anunció que el de titulizaciones empezará en noviembre y ratificó que todas estas medidas estarán en funcionamiento durante al menos dos años.

¿Y cuánto dinero está dipuesto a poner en circulación el BCE con todas estas medidas y las que pueda adoptar en los próximos meses? Draghi respondió que hasta que el balance del BCE se sitúe en niveles semejantes a "marzo del 2012", y esto en la práctica implicaría una inyección adicional de 1 billón de euros, si bien el banquero advirtió de que esta cifra no debería ser tomada como una referencia.

El presidente del BCE se sirvió de la rueda de prensa de ayer para acallar las informaciones de los últimos días según las cuales una parte del consejo de gobierno del banco central estaba descontento con Draghi por la comunicación que hace de las decisiones de política monetaria.

Para acallar estas críticas, Draghi insistió una y otra vez en que todas las decisiones se habían adoptado por unanimidad. Y aunque admitió lógicas diferencias de opiniones entre los 23 consejeros , fue rotundo al afirmar que "no hay división norte-sur dentro del BCE ni alianzas de países".