MERCADO DE TRABAJO

El 20-D alienta la expectativa de un cambio en la reforma laboral

Concentración de trabajadores de Coca-Cola celebrada en Madrid.

Concentración de trabajadores de Coca-Cola celebrada en Madrid.

ANTONI FUENTES / BARCELONA

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En las calles de algunas ciudades todavía es posible ver las secuelas de la contienda electoral. Junto a los carteles de propaganda electoral de los candidatos que se presentaban a las elecciones del pasado 20 de diciembre, hay colgadas unas pancartas con un mensaje a los aspirantes. "Reforma laboral: sin derogación, no te voto", se puede leer en las llamativas pancartas de la organización de jóvenes de UGT Avalot. A pesar del complicado panorama político que ha dejado el 20-D de cara a la formación de Gobierno, las elecciones han espoleado la expectativa de que se produzcan cambios en la reforma laboral en los próximos meses.

La modificación del polémico marco del mercado laboral aprobado por el Gobierno del Partido Popular en febrero del 2012, y ratificado posteriormente en el Congreso con los votos de CiU también, se convirtió durante la campaña electoral en un eslogan de los partidos situados a la izquierda. Ahora, los sindicatos exigen a esas formaciones que cumplan con sus promesas y hagan valer lo que consideran una mayoría en el Congreso favorable a derogar o rectificar los aspectos más polémicos de la norma.

MAYORÍA A FAVOR DEL CAMBIO

"Hay una mayoría en el Congreso de los Diputados que está a favor de derogar la reforma laboral o que es crítica. En cambio, los que defendían la propuesta de implantar un contrato único no suman mayoría", asegura Joan Carles Gallego, secretario general de CCOO de Catalunya, en relación con el resultado obtenido por Ciudadanos. Después de dos huelgas generales y de reclamar hasta la saciedad la derogación de la reforma laboral, CCOO y UGT ven que ahora se abre el camino hacia lo que consideran la "recuperación de derechos perdidos", entre los que incluyen los que limitó o eliminó el decreto urgente de Mariano Rajoy. 

Sin embargo, el punto de partida es ahora mejor casi tres años después de la entrada en vigor del texto. Algunos aspectos incluidos entre los más polémicos de la reforma laboral han sido reconducidos mediante sentencias judiciales que han interpretado el nuevo Estatuto de los Trabajadores con un alto porecentaje de anulaciones o rectificaciones de decisiones empresariales amparadas en la supuesta mayor libertad que les permitía la reforma. Entre los mazazos judiciales más sonados de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo a la reforma laboral se encuentran las anulaciones totales o parciales de los expedientes de regulación de empleo de Coca-Cola y de Panrico.

EL VALOR DEL PACTO

Esos fallos judiciales han hecho que "el valor del pacto en las empresas se haya recuperado a niveles parecidos a los que había antes de la reforma laboral", según Marc Carrera, socio de Sagardoy, uno de los bufetes de abogados consultados por el Ejecutivo para llevar a cabo el cambio noramtivo del 2012. Además, algunas empresas han moderado sus planteamientos ante el "temor a los daños en su reputación" por los conflictos generados por decisiones no negociadas. Por todo ello, Carrera no prevé grandes cambios en la reforma laboral por parte de un eventual Gobierno encabezado por el líder socialista, Pedro Sánchez.

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Las cúpulas de las patronales y los sindicatos han pregonado con el ejemplo en esa recuperación del valor del pacto. El Acuerdo por Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) y el Acuerdo Interprofesional de Catalunya (AIC) han regulado los vacíos normativos que habían quedado después de las sentencias judiciales en aspectos como la pretendida caducidad de los convenios, que de facto ha quedado reconducida al terreno de la negociación y con múltiples filtros como el arbitraje antes de que un acuerdo muera y deje a sus trabajadors al albur de la regulación sectorial o del Estatuto de los Trabajadores.

EFECTO EN LOS CONTRATOS

Entre las asignaturas pendientes para los sindicatos se encuentran la clarificación de la causalidad de la contratación y recuperar la preeminencia de los convenios sectoriales por encima de los de empresa, ante el temor a un recorte de las condiciones de trabajo. "La reforma laboral ha puesto de manifiesto que no se puede legislar en esta materia al margen de los acuerdos alcanzados entre sindicatos y patronales", indica Gallego.

Pero la posibilidad de que se produzcan cambios en la regulación laboral ha provocado un efecto de cierto parón a la hora de firmar contratos indefinidos, lo que ha llevado a algunas empresas a prolongar las colocaciones eventuales a la espera de que se clarifique como puede quedar en el futuro la normativa, según la opinión de Salvador Guillermo, responsable de estudios de Foment del Treball. Esa apreciación, sin embargo, no es compartida al 100% por otros actores del mercado laboral. Para Manel Hernández, también socio de Sagardoy en Barcelona, "los contratos están ligados al ciclo económico de cada empresa", y añade que la recuperación ha llevado a algunas compañías a interesarse por acuerdos que faciliten la incorporación de trabajadores con una doble escala salarial.