Artículo de Joan Ollé: 'De paseo por el paseo de Gràcia'

Sí, pese a los versos deGabriel Celaya(«A solas soy alguien. / En la calle nadie. (...) En la calle, todos / me hacen más pequeño / y al sumarme a ellos / la suma da cero»), ayer me fui demanide la mano de mi compañera y mi hijo; la última vez fue por aquello de Irak y ojalá que de aquí a la próxima pasen muchos, muchos años: no me gusta corear consignas a grito pelado, sean «Villa, Villa, Villa, Villa maravilla» o«Som una nació. Nosaltres decidim»,porque en el fondo del fondo acaban siendo lo mismo o muy parecido.

Y, muy probablemente, decidí ir a lamanipor vanidad, para salir en los periódicos y, mirando la muchedumbre con lupa, poder decirle a mi hijo: «Mira, este eres tú; somos nosotros, los tuyos». ¡Menudo ridículo han hecho los padres de la patria con sus cetrinas discusiones de si lema o bandera! ¿Por qué a nadie se le ocurrió, ya que celebramos el año deJoan Maragall, bordar en letras negras sobre la cuatribarrada un rotundoAdéu, Espanya? Porque, a decir verdad, se están pasando mil pueblos. Y entre ellos, por el forro de los cojones, el nuestro.