CONSULTOR POLÍTICO

David Redoli: "Si un político no comunica bien, una excelente gestión puede no ser percibida por los ciudadanos"

El presidente Consejo Directivo de la Asociación de Comunicación Política justifica la importancia para los políticos de asesorarse, preparar discursos y no equivocarse en sus apariciones públicas

David Redoli

David Redoli / periodico

GERMÁN PACHECO

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David Redoli (Zamora, 1973) es un conocido y reputado consultor político, fue  asesor de María Teresa Fernández de la Vega cuando era vicepresidenta del gobierno y, desde el año pasado, es presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP).

Vestido con traje, a pesar del intenso calor que azota estos días la capital, nos recibe en su despacho. Nos da su visión de la comunicación política como elemento indispensable para generar confianza en la ciudadanía e insiste en la necesidad de profesionalizarla. Justifica la importancia para los políticos de asesorarse, preparar discursos y no equivocarse en sus apariciones públicas. No en vano, este sociólogo por la Universidad de Salamanca, con un máster en Ciencia Política por la Universidad de Georgetown colaboró en la redacción del Diccionario Enciclopédico de Comunicación Política. Con tono amable y pausado, seguramente forjado en su carrera docente, intenta asegurarse de que sus explicaciones son bien comprendidas.

–¿Cómo es la comunicación política hoy?

–Creo que la comunicación es transversal. En la comunicación estamos todos. Cuando se hace asesoría política, hay tres ejes de conocimiento fundamentales: el legislativo porque trabajas con leyes, el económico porque trabajas con presupuestos y, por último, la comunicación. En función de los intereses de cada uno, hay gente que se va más hacia lo económico, otros hacia lo jurídico y otros, como yo, que nos vamos hacia la comunicación, sin necesariamente proceder de carreras como ciencias de la información o similares. En mi caso, esto fue gracias al discurso político. Para elaborar discursos políticos se requiere de cierta armazón intelectual, a mi se me daba bien y empecé a elaborarlos. A partir de ahí, entré más en contacto con el mundo de la comunicación.

Pero diría que el paso definitivo fue con Luis Arroyo, (anterior presidente de ACOP) a quien había conocido en Edelman. Él empezó a trabajar en la Secretaría de Estado de Comunicación con Miguel Barroso cuando ganó Zapatero. En 2005 me llamó para colaborar con él, estuve un par de años y de ahí salté al gabinete de María Teresa Fernández de la Vega.

–¿Cómo ha cambiado desde que usted empezó en ese mundo?

–La comunicación es hoy una parte esencial de la política. Antes se concebía como una cuestión de prensa. Hoy a nadie se le ocurre comparar prensa con comunicación. La gran diferencia es que ahora es algo consustancial al quehacer político, no solo instrumental, como eran las relaciones con los medios o gabinetes de prensa. Adicionalmente, ha pasado a ser algo estratégico: la acción política y la comunicación política se vinculan y pasan a ser parte del eje central de la actividad política.

–Usted ha sido asesor de la vicepresidencia del gobierno. ¿Hasta que punto inciden los asesores en las acciones de los políticos o los cargos públicos? Me vienen a la cabeza situaciones de crisis o de inestabilidad como la de Grecia.

–Los asesores son un eslabón más de la cadena. Ciertamente son un eslabón importante porque están muy próximos a quienes toman decisiones, pero no son quienes toman las decisiones. Es muy importante tener eso claro, los asesores influyen y condicionan pero las decisiones las toman los políticos. Sin embargo, sí que influyen en la calidad de la política y por ende en la calidad de la democracia. Si un político recluta asesores profesionales con experiencia y buenas cualificaciones, mejora la calidad de su trabajo.

–¿Qué fortalezas y qué debilidades ve en la comunicación de los políticos en España?

–Yo diría que la fortaleza es que van aceptando el hecho de que la comunicación es ya consustancial a la política. La debilidad es que aún no aceptan la interiorización de determinadas técnicas y herramientas para hacer mejor la comunicación política. Como ejemplo de esto pongo el uso del teleprompter, que está muy extendido en otras latitudes, mientras que aquí todavía los políticos se resisten a su uso porque piensan que quedarán mal si leen.

Creo que todo político debe entender que necesita un buen equipo de asesores que les preparen los discursos sobre determinados temas que no domina, de manera que luego pueda tomar las decisiones y explicarlas bien a los ciudadanos. Además, hay que tener claro que no es ningún demérito para el político no saber de todo. Si se rodea de un buen equipo de asesores y lleva discursos preparados, reduce la posibilidad de equivocarse, es decir, reduce riesgos. En una sociedad tan mediatizada como la actual, si cometes errores, pagas un precio muy alto.

–¿Comunican mejor los partidos emergentes que los partidos tradicionales?

–Los partidos emergentes han sido más cuidadosos al usar las herramientas de la comunicación política. Se nota que tienen los discursos políticos bien preparados y hacen una excelente utilización de la televisión, que sigue siendo el gran canal de comunicación; no son las redes sociales, ni la radio, ni la prensa, que son muy importantes, pero no tan relevantes para conseguir impacto racional y emocional como la televisión.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que es más fácil comunicar cuando no tienes una mochila de gestión detrás y cuando eres un producto nuevo sin nada que te lastre. Los partidos tradicionales tienen décadas funcionando y tienen mochilas, buenas en algunos casos y malas en otros. No es fácilmente comparable si comunican mejor unos u otros. Ese factor de novedad y frescura no lo pueden aportar los partidos tradicionales, que aunque también cuidan la comunicación, pienso que no calibraron hasta qué extremo ésta iba a dar potencia y músculo a los partidos nuevos.

–El miércoles 16 de septiembre a las 18:30 en se celebra la I Conferencia Internacional de Comunicación Política Digital en el Congreso de los Diputados. Usted conoce muy bien las herramientas que allí se van a presentar (Change, Kuorum.org y Osoigo). ¿Cree que estamos muy lejos de las estrategias de política en red que ya se aplican en otros países como EEUU o Reino Unido?

–Creo que vamos a remolque, pero no estamos muy lejos. No somos locomotora, pero tampoco somos vagón de cola. Pienso que estamos en un razonable punto medio de aceptación e innovación del uso de las redes sociales para hacer política, pero aún faltan cosas, como que todos los políticos entiendan que tienen que estar presentes en las redes sociales, porque la política ya no es un proceso sólo de hablar sino también de escuchar, y en las redes sociales se puede escuchar mucho y con gran facilidad. Son herramientas muy útiles.

–Prepara una tesis doctoral sobre la confianza en las instituciones públicas. ¿Qué grado de confianza percibe de la ciudadanía en las distintas instituciones tras tantos casos de de corrupción y desafección hacia los partidos?

–La confianza en las instituciones se ha mermado y en algunos casos éstas no han estado a la altura de lo que espera la ciudadanía. Esto se puede mejorar con transparencia y comunicación. Es importante que se vea lo que se hace, cómo se hace, con qué se hace… Decir cómo se gestiona el dinero, qué contratos se hacen y qué resultados se obtienen con esos contratos, qué objetivos anuales hay… Todo eso genera confianza, porque al final las instituciones y las personas funcionamos de manera muy parecida. Nos genera confianza aquél que hace lo que dice, el que casa el story telling con el story doing. No hace falta que hayan paredes de cristal, porque no se puede trabajar con un nivel de transparencia en el que cada acción se tenga que reportar y escrutar, pero tampoco se pueden permitir los niveles de opacidad que hemos visto en algunas ocasiones.

–Los partidos están intensificando su labor de comunicación de cara a las generales. ¿Notas algún cambio en la comunicación del gobierno? 

–Como he dicho antes, de lo que se trata es de casar el story telling con el story doing. Si has estado haciendo un story doing durante cuatro años y en el último minuto del partido cambias el story telling, la gente se da cuenta. La comunicación es una herramienta, no un fin en sí mismo. La comunicación es una herramienta para ayudar a transmitir unas acciones y unas actividades políticas, a veces para proponerlas cuando aún no las has hecho, y otras para explicarlas cuando ya las has hecho. La comunicación no arregla lo que no es arreglable, sino que ayuda a consolidar cosas. Se puede hacer una excelente gestión, pero si no se comunica bien, puede no ser percibida por parte de los ciudadanos. La comunicación ayuda a que lo que haces sea percibido de forma adecuada.

(German Pacheco es consultor y participa en Kuorum.org)