El Sporting se salva milagrosamente en El Molinón

El equipo de Abelardo sobrevive en Primera tras dos temporadas sin poder gastar un euro en fichajes por la sanción de la LFP por sobrepasar la deuda

Aficionados del Sporting invaden el campo después de que su equipo ganara al Villarreal, en El Molinón.

Aficionados del Sporting invaden el campo después de que su equipo ganara al Villarreal, en El Molinón.

JORDI TIÓ / BARCELONA

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Lloraba de alegría porque lo que parecía imposible estaba a punto de materializarse. Por eso desparrabama lágrimas el Pitu Abelardo, tapándose la cara con las manos mientras los jugadores y El Molinón entero celebraba el 2-0 en el minuto 80 ante el Villarreal. El Sporting sellaba la victoria y el Betis, otra vez, echaba un cable desde la distancia derrotando al Getafe. Un triunfo que eterniza el hermanamiento entre andaluces y asturianos porque la temporada pasada, con el Betis ya ascendido, el Sporting sumó los tres puntos en el Benito Villamarín (0-3), eso sí, con la desgraciada ayuda del Girona, al que un motivadísimo Lugo le birló el ascenso en descuento (1-1).

Por eso lloraba Abelardo, uno de los entrenadores que más ha sufrido en las dos últimas campañas porque una sanción de la Liga de Fútbol Profesional al Sporting, por acumulación de deudas, ha impedido al club asturiano gastar un solo euro en fichajes. "Volver a Segunda ponía suponer la desaparición del club. Ahora, en cambio, con los nuevos ingresos por televisión, podremos liquidar la deuda", recordaba Abelardo.

REFORZAR EL EQUIPO

El técnico asturiano tendrá por fin tendrá algo de dinero para fichar. Porque tendrá que hacerlo para reforzar a un equipo que perderá a piezas fundamentales. Como el central Luis Hernández, que se va al Leicester, el campeón de la Premier, con la carta de libertad; o el goleador Jony, que también acaba contrato.

"La próxima temporada no habrá restricciones para fichar, pero tras dos temporadas con ellas, no sé si sabré hacerlo", ironizó Abelardo, que echó un cable a otro sportinguista de corazón, Marcelino, el técnico del Villarreal, que dejó a varios titulares fuera de la alineación desatando todas las suspicacias en Getafe y Vallecas. La fiesta, mientras, se celebraba en Gijón.