Primero los valores, después, el fútbol

“Todos queremos que nuestros hijos sean Leo Messi. A todos nos gustaría tener, algún día, un precioso triplete en casa. Pero todos los padres del mundo sabemos que eso es imposible. Así que, siendo imposible, al menos intentemos que nuestros hijos se diviertan, hagan deporte, se lo pasen bien, compartan experiencias con niños de su edad y, sobre todo, crezcan en un ambiente sano y traten de aplicar muchas de las normas del fútbol, de las reglas del deporte sano y educativo, en su crecimiento”.

Yuri Alemany, realizador de cine y televisión, tiene a su hijo Milo, de 7 años, jugando en uno de los seis equipos (la próxima temporada ya serán nueve, y creciendo) en la Agrupación Deportiva Monells, un modesto club ampurdanés, que ha decidido, con enorme determinación y los medios justos pero muy creativos, crear cuatro espectaculares, impactantes y emotivos videos promocionales para hacer saber a los padres de los niños que deseen jugar, perdón, educarse en su institución, de qué palo va la historia.

Y la historia, relatada maravillosamente por Alemany y su gente, por los tres impulsores de la idea en el seno del club, Marc Quer, Xavier Bonet y Jordi Buesa, arranca con un mensaje muy claro: “Primero los valores, después, el fútbol”. “Esa idea, que parece tan sencilla de argumentar, de defender, resulta poco menos que imposible de detectar en muchos campos de infantiles, cadetes o juveniles”, sigue explican Alemany, “pues, no solo muchos de esos chicos se comportan de forma sorprendente y antideportiva, sino, incluso, muchísimos padres”.

“El fútbol nos ha dado muchas cosas, bueno, el deporte en general, y nosotros queremos utilizar todo lo bueno del fútbol para educar a los niños”, explica Quer. “Tenemos que conseguir que los niños se diviertan, crezcan y, sí, aprendan a jugar a fútbol, compitan, por supuesto, pero aprendan a ganar y a perder. Queremos que se formen en unos valores que, no solo le servirán para compartir su deporte favorito con sus compañeros, sino que les será muy útil en la vida diaria”.

“Tenemos que lograr que los niños sean autónomos y, además de compañeros, de colegas, sean cómplices, se ayuden, convirtiendo la amistad en un valor importante en su vida, en su crecimiento”, concluye Que, que asegura que “no sé si este eslogan, esta idea, nos permitirá crecer en la dirección que queremos, pues somos un pequeño pueblecito de 1.300 habitantes, con dos o tres poblaciones alrededor que también forman parte de nuestras vidas, pero moriremos con nuestra idea de utilizar el fútbol como un medio para educar a nuestros niños”.