Un genial Neymar salva a un gris Brasil ante México (2-0)

Neymar no descansa. En cada partido que juega con Brasil en la Copa Confederaciones, deja un gol para el recuerdo. En el primer encuentro, ante Japón, apenas tardó tres minutos en soltar una hermosa volea con la pierna derecha. Un golazo. Y en el segundo duelo del torneo, ante el México de Giovanni dos Santos, este miércoles, tan solo ha necesitado ocho minutos para firmar otro espectacular tanto. En esta ocasión, con la pierna izquierda, prueba de que su catálogo es inacabable.

Ha aprovechado la nueva estrella del Barça un rechace de un defensa rival hacia atrás para engatillar un zurdazo ajustado, diferente al del debut, pero igual de preciso. El sábado, la volea nació fuera del área y su trayectoria iba de abajo a arriba. Este miércoles, en cambio, el viaje de la pelota ha sido totalmente al contrario, de arriba abajo.

Brasil se ha colado ya en las semifinales del torneo con otro triunfo (2-0). Dos victorias en dos partidos. Y con un equipo que empieza a recitar de memoria la torcida porque Luiz Felipe Scolari, el seleccionador, ha repetido alineación: Alves ha sido, de nuevo, titular en la zaga con Julio César en la portería; Thiago Silva y David Luiz, la pareja de centrales, junto a Marcelo en el lateral izquierdo; en el centro del campo, Luiz Gustavo, escoltado por Paulinho y Óscar, y el ataque de Brasil ha estado integrado por Hulk, Fred y Neymar.

En todo el frente del ataque

Pero la selección de Scolari se ha sostenido, sobre todo, por el acierto de Neymar. Ha aparecido por todo el frente del ataque, desde la derecha (más en la segunda mitad) hasta la banda izquierda (en la primera parte) y por el centro, ya que estaba dentro del área para batir a Corona, el meta mexicano. A medida que el partido ha avanzado, peor ha jugado la 'seleçao'. Y solo la nueva estrella azulgrana ha intimidado con sus apariciones ofensivas, además de generar espectáculo en cada balón que ha tocado. Mientras, los defensas de México no han dejado de castigar sus tobillos sometiéndole a duras entradas.

Pero antes de colarse en el vestuario, escorado en la banda izquierda, ahí donde va a jugar con el Barça, ha dibujado una jugada genial atrayendo a dos defensas rivales para deshacerse de ellos con tal facilidad que parecían unos niños. Ha pisado la pelota, driblando con ese elástico cuerpo antes de hacer un regate con caño incluido para servir una asistencia a Jo en el 2-0 definitivo. Un gol puramente brasileño. Un gol nacido del ingenio de Neymar. Y Scolari, tan feliz, con dos partidos, dos triunfos, cinco goles a favor y ninguno en contra.