Análisis

La generación que necesitó dos remontadas

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Es Alemania, amigos, qué les voy a contar. Nosotros somos un paíspetitcon ganas de crecer y agarrados a un club y a un equipo que anoche, en Múnich, no se presentó a jugar.

Es el Bayern de Múnich, amigos, un equipo que el día antes de jugar el partido paga 37 millones de euros por el mejor jugador de su rival doméstico. Ese es el Bayern, un club que tiene a un presidente bajo sospecha pero que ha fichado al mejor entrenador del mundo, pretendiendo jubilar, con ese gesto, al míster que va camino de lograr el triplete.

Es el campeón de la Bundesliga que, sin ayuda arbitral (cierto, el segundo gol es fuera de juego y el tercero está precedido de un placaje escandaloso), hubiese ganado 2-0; es decir, idéntica humillación a la sufrida en Milán. Así que mejor estamos calladitos un tiempo.

Aquellos que creíamos que los azulgranas habían sido provocados en su más íntimo sentimiento de estrellas al dudar de sus posibilidades y, a lomos de ese pique, iban a sobreponerse en el estadio del equipo que ha demostrado estar en mejor forma que nadie, nos fuimos a dormir con la imagen de un Barça apático comoLeo Messi, inmóvil comoTito Vilanova(¿de verdad los titulares estaban haciendo un partido tan impresionante como para no cambiarlos?) y fallón como el bueno deBartra, pues el chico (y no lo culpo, ¿eh?, no lo culpo: solo faltaría, después delpartiditode sus colegas) tuvo en sus botas el gol de la esperanza cuando, en lugar de rematar, le cedió el balón aNeuery, más tarde, se giró y lanzó el cuero a las nubes.

Lo malo del Barça no fue el 4-0, sino que, por vez primera en mucho tiempo, no compitió. Eso solo había ocurrido en Milán y, visto lo visto en el Allianz Arena, aquel 2-0 fue maravilloso. Es duro decirlo, pero aquella frase del granXavi en vísperas de la visita del Milan (por descontando, un equipo en las antípodas de este soberbio Bayern), en el sentido de que esta generación necesitaba una remontada, suena a risa. No parece repetible. La frase, claro; ojalá sí sea repetible (¿no, verdad? No, claro, no, no, déjenlo) la remontada.

El Bayern, que se permitió el lujo de acabar jugando con un gordito comoShaqiri, vendrá a ganar al Camp Nou. Entre todos hemos picado aHeynckes, que en semanas puede ser el prejubilado más triunfal de la historia del fútbol. Todo parece indicar, en efecto, que el políglota deJuppconocía a la perfección cómo jugarle al Barça. Y, encima el Barça, entero, enterito, empezando porLa Pulga, le echó una mano no presentándose al partido.

No soy nadie, peroGuardiolaharía bien en seguir fichando, a golpe de talonario, estrellas de relumbrón. Si el Bayern lo gana todo, las va a necesitar. Yo lo que no haría sería presentarme en Múnich con un nuevo preparador físico, como parece que hará. Esos alemanes iban anoche como motos. ¡Como motos!