El Espanyol se viene arriba en Gijón (2-4)

La piña final de los jugadores reflejaba la perfección la importancia de la volcánica victoria conseguida en Gijón (2-4). Ante un rival directo como el Sporting, el Espanyol volvió a ganar fuera de casa. No lo hacía desde octubre, en el campo del Betis (1-3). Después de nueve derrotas consecutivas como visitante, cambió la dinámica. El triunfo ante el Depor tuvo continuidad en el Molinón y el cuadro perico sigue cuatro puntos por encima del descenso. No solo eso. Las sensaciones son totalmente distintas. El Espanyol se ha liberado. Si mantiene la racha en los dos próximos partidos en casa ante el Betis, el jueves, y el Rayo, la calma será duradera.

Hubo algo de fortuna en momentos claves, en los que el Sporting topó con la madera (dos largueros en cinco minutos), pero también ambición y talento. Pau López fue decisivo para frenar al Sporting, Burgui se estrenó como goleador en Primera con un tanto estelar, Gerard Moreno firmó un doblete y Marco Asensio inició la jugada que culminó con el cuarto tanto perico.

EL CAMBIO DE GALCA

Desde la quinta jornada, no conseguía dos victorias consecutivas el Espanyol, un éxito para Galca, que ha sabido cambiar su idea inicial para adaptarse mejor a los mimbres de la plantilla, con un equipo más arropado y peligroso al contragolpe. El fin justifica los medios, con la remontada de este sábado como mejor ejemplo de la mutación. 

Decidió el técnico rumano apostar por el equipo que doblegó al Depor en uno de los duelos más importantes de la temporada. Solo hubo un cambio por la obligada ausencia del sancionado Caicedo, cubierta por Gerard Moreno. También estaba disponible Hernán, pero el técnico prefirió dar continuidad al 4-1-4-1 con Asensio en la banda derecha. 

PAU, INSPIRADO

El Sporting, que ganó en Cornellà 1-2 y acabó perdiendo este sábado incluso el 'golaveraje', empezó mucho más enchufado. Burgui, sin embargo, tuvo la primera ocasión con una acción desbaratada por Cuéllar. Fue el primer zarpazo del extremo, un jugador infrautilizado por Sergio y que aporta esa dosis de desborde y atrevimiento que tanta falta le hacía al Espanyol. Cuando el balón llega a sus botas siempre puede esperarse algo.

Esa ocasión dio paso a momentos de agobios para la defensa perica. Pau, muy inspirado en toda la tarde, desvió un centro de Jony (m. 10) y volvió a aparecer milagrosamete en un mano a mano con el interior zurdo (m. 15). Se mascaba el tanto y Castro lo firmó en otra combinación alejada por el portero que cayó en los pies del punta de Mieres. 

BURGUI, A LO MESSI

El Espanyol se fue sintiendo más cómodo poco a poco. Asensio empezó a tener presencia y el cuadro perico se oxigenó. Gerard Moreno avisó de nuevo (m. 20) y la perla balear cedida por el Madrid envió una falta al larguero (m. 22).

Sin exhibir, ni mucho menos, su mejor cara, el bloque de Galca al menos daba señales de vida. Faltaba un golpe de genio para iniciar la remontada y este llegó en una maravillosa jugada de Burgui, que se disfrazó de Messi, amagó en tres ocasiones y puso el empate (m. 41) con varios rivales retratados por el camino. 

GERARD MORENO Y LOS LARGUEROS

La segunda parte fue un carrusel de emociones con un protagonista por encima de todos: Gerard Moreno. El punta de Santa Perpètua adelantó a los pericos tras un pase de Javi López (m. 47) y repitió diana con un zurdazo precioso (m. 57). La victoria parecía encarrilada pero aún tocaría sufrir. Como siempre.  Un centro de Jony cabeceado por Castro (m. 61) apretó las cosas y Pau evitó el empate a continuación agigantándose ante Sanabria. 

Quedaba media hora y el árbitro evitó el triple de Moreno (m. 67) en un gol anulado por una falta más que discutible. El Sporting se volcó y la fortuna ayudó a los pericos en un par de travesaños, el primero en un disparo de Sanabria (m. 70) y el siguiente en un centro chut de Rachid (m. 75). La suerte también acompañó con el tanto final, un autogol de Luis Hernández tras una jugada de Asensio (m. 79). Cases vio la roja después (m. 83) y se acabó el sufrimiento de todos los pericos, empezando por Míster Chen. Seguro que el dirigente chino disfrutó a 9.000 kilómetros con el equipo de sus amores. 

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