Doble 'Moratazo'

El delantero del Madrid sentencia a su exequipo al marcar otra vez aunque como en Turín no celebró el gol Ronaldo acabó abatido y se marchó al vestuario sin felicitar a los juventinos

Gol decisivo 8 Casillas no puede evitar que la pelota entré en la portería tras el remate de Morata.

Gol decisivo 8 Casillas no puede evitar que la pelota entré en la portería tras el remate de Morata.

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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La 'Undécima' tendrá que esperar. Por lo menos un año más. Y el responsable de semejante decepción, curiosamente, es un jugador que tiene el corazón tan blanco como los 80.000 hinchas que llenaron el Bernabéu. Por eso Morata no celebró el gol del empate, el que clasificaba a su equipo para la final de la Champions. Como tampoco lo festejó en la ida, al abrir el tanteo en Turín aprovechando un rechace de Casillas.

Pero ni ese doble gesto del canterano, que se ha marcado una semifinal espectacular, batallando solo en ataque, le sirvió para que la afición merengue le devolviera el gesto con una ovación al ser sustituido por Llorente en los últimos minutos. Pero nada, el señorío madridista no apareció y el espigado delantero centro se llevó una buena pitada. Ni eso le reprochó Morata al Bernabéu: "Quiero dar las gracias a la afición porque siempre me apoyó. Me hubiera gustado enfrentarme a otro equipo, pero el fútbol es así", dijo con timidez, como si le costara celebrar estar en la gran cita del fútbol europeo. "No, no me ha costado no celebrar los goles. No los he celebrado y lo volvería a hacer mil veces", confesó Morata, que admitió las sensaciones contradictorias que ha tenido que digerir al enfrentar con su equipo de su vida.  "Ha sido una sensación muy extraña, dos partidos muy raros. Tengo muchos amigos en este equipo y la verdad es que tanto en Turín como en el Bernabéu me parecía estar en un entrenamiento... He tenido que centrar la cabeza".

Pues la centró tanto que acabó metiendo a la Juventus en la final, convirtiéndose, casi sin querer, en una nueva bestia negra para el madridismo, imitando el papel de Morientes, que en el 2004, en los cuartos de final, fue decisivo con sus goles para liquidar el Madrid. Morientes, esa temporada, llegó a la gran final, aunque cayó ante el Oporto del entonces Mourinho. Ahora Morata vivirá el mismo periplo, aunque en Berlín el que estará será el Barça. «Será muy difícil y complicado, pero creo que en una final no hay favoritos», dijo el goleador.

Abucheó la afición merengue a Morata y, en cambio, aplaudió a Pirlo, más por lo grande que fue que por lo que es hoy. El mediocentro de la Juve no estuvo fino y perdió infinidad de balones. Puede que fuera eso lo que le agradeciera el Bernabéu.

Sin noticias de CR7

En cambio, a quien parace que no tiene nada que agradecerle la afición blanca es a Casillas, que mantuvo a su equipo con esperanzas con dos paradas providenciales. Lástima que lo estropeara en el descuento al fallar cómicamente un saque de banda, en el descuento, propiciando que la Juve recuperara la posesión y algunos silbidos.

De Ronaldo no hubo noticias. Marcó de penalti y desapareció. Al final, se marchó sin felicitar a la Juve. Puede que en el vestuario pegara uno de sus gritos, pero de rabia. No solo se le esfumó la Champions, seguramente también el Balón de Oro en favor de Messi. "Nos hemos pensado que estaba todo hecho", lamento Ramos, mientras que Acelotti veía "favorito" al Barça en Berlín. El clásico de los clásicos tendrá que esperar.