UN VECINO DE CIUTAT VELLA

Mans Zelmerlöw, ganador de Eurovisión: "Me enamoré completamente de Barcelona"

El ganador de Eurovisión 2015 tiene un piso en el Raval. Lo adquirió un año después de descubrir, casi por azar, que en esta ciudad quería vivir. En ella, su segundo hogar, finalizará la gira que ha paseado su 'Heroes' por toda Europa. Será el 4 de noviembre en Razzmatazz

CARME ESCALES / BARCELONA

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El mismo tiempo que se tarda en ir de Barcelona al Pirineo de Lleida en coche -tres horas y media- es el que Mans Zelmerlöw (Lund, Suecia, 1986) necesita para cambiar el chip de sus quehaceres en Estocolmo, la ciudad en la que reside, a sus placeres en Barcelona, la capital en la que, solo aterrizar en ella, deseó vivir.

"Tengo NIE (Número de Identidad de Extranjero)", dice orgulloso el ganador de la última edición de Eurovisión, celebrada en la ciudad de Viena el pasado 23 de mayo. La atracción que sintió por la capital catalana cuando la descubrió, le hizo sentir que en ella ubicaría su segundo hogar.

Fue en agosto del 2011. El huracán Irene hizo cancelar el vuelo en el que Mans Zelmerlöw se disponía a viajar a Nueva York con unos amigos para asistir a un torneo de tenis. Improvisaron entonces cambio de destino y de deporte. Un partido del Barça en Barcelona fue su plan B. "Nos alojamos en el hotel W y fuimos al Camp Nou. Pasamos cinco días fascinantes en los que conocí a gente encantadora", explica. "Me enamoré completamente de Barcelona y me di cuenta de que este era el lugar donde quería vivir", añade.

ÁTICO EN LA CALLE DE LA PALOMA

Dicho y hecho. Un año después de aquel azaroso aterrizaje en Barcelona, Mans Zelmerlöw se compró un ático en el Raval. "Es pequeño, pero tiene una terraza fantástica, con 360 grados de vistas sobre el barrio del Raval", detalla sobre su apartamento, situado en la calle de la Paloma. En esa terraza, el artista que conquistó al público desde Austria, cantando y moviéndose por el escenario del Festival de Eurovisión, compuso su tercer álbum: Barcelona Sessions. Con él evidenció en su país, y allí donde interpretaba sus canciones, su enorme estima por esta ciudad, a la que también algunas personas lo han ayudado a sentirse vinculado emocionalmente.

"La mayoría de mis amigos aquí son suecos", precisa. "A todos nos atrae mucho el clima, la arquitectura, la comida...", repasa Zelmerlöw. El carácter espontáneo y extrovertido, la improvisación que gastan -dice- los catalanes y los horarios de la ciudad son algunas de las cosas que más cautivan al cantante sueco. "En Suecia no puedes salir a cenar a medianoche y disfrutar de una buena cena", compara. "Me encanta la mentalidad de la gente en Barcelona. Aquí no se planea, se improvisa. En Suecia si quieres ver a alguien, tienes que quedar una semana antes. Pero aquí llamas a alguien, y al rato ya estás cenando con esa persona", declara Zelmerlöw, que sí tiene programada, para dentro de 15 días -el 4 de noviembre- su actuación en la sala Razzmatazz. Será el último de su veintena de conciertos por toda Europa presentando su disco Perfectly damaged, que incluye la canción que lo acompañó hacia su triunfo en Eurovisión, Heroes.UNO MÁS EN EL RAVAL La fama de Zelmerlöw todavía pasa bastante desapercibida en el Raval. Nada que ver con las miradas y peticiones de autógrafos y fotografías que puede provocar por las calles de las ciudades suecas donde el cantante es una verdadera celebridad. Su imagen televisiva a través de diferentes programas y las noticias y reportajes que suscita su persona en la prensa de su país lo evidencian y propician. En su barrio barcelonés puede salir de copas, ir de compras y practicar el voley y el fútbol en la playa con su grupo de amigos con total tranquilidad. Él es uno más.

Bares y restaurantes como el Ciudad Condal (Rambla de Catalunya, 18), la Cervecería Catalana (Mallorca, 236) y el Imprevist (Ferlandina, 34) están entre los lugares que el cantante sueco más frecuenta. "La playa, las cervezas en una terraza -yo siempre que estoy aquí bebo Estrella-. En realidad, adoro Barcelona", afirma el ganador de Eurovisión que obtuvo el tercer mejor resultado en la historia del certamen: 365 puntos. Zelmerlöw no duda que en la Barcelona verá nacer nuevas canciones. "Su atmósfera transmite muy buenas vibraciones", asegura.

Claro que, después de sus cuatro años como vecino de esta ciudad, Zelmerlöw se atreve ya a ser crítico con algunos aspectos de ella. Por ejemplo, con una de sus calles más frecuentadas por turistas y criticadas por los autóctonos: la Rambla. "Es la peor calle de Barcelona. Desde la plaza de Catalunya hacia abajo, nunca paseo por ella", asegura.

Zelmerlöw dice sentirse "un ciudadano local en la ciudad". En ella, el cantante y su banda dormirán la noche del 4 de noviembre tras los conciertos de Madrid (el día antes) y Barcelona que cerrarán la gira del eurovisivo héroe con casa en el Raval

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