El 'noi de la bicicleta' pedalea

JOAN TAPIA

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El encuentro de los lectores de EL PERIÓDICO con Joan Herrera, el copresidente junto a Dolors Camats de Iniciativa per Catalunya- Verds (ICV), fue diferente a los anteriores con Artur Mas, Oriol Junqueras y Pere Navarro. La razón es que se celebró el martes a las 9.30 de la mañana, pasadas menos de 24 horas desde que el Rey anunciara la abdicación y después de las manis de la noche anterior -la más numerosa en Madrid- pidiendo un referendo sobre la forma de Estado.

Así, la Monarquía se convirtió en uno de los asuntos estrella, lo que no había pasado ni con Oriol Junqueras, el secretario general de ERC. Al inicio de la sesión Herrera, que tenía cara de haber dormido poco y al que he seguido bastante desde que en el 2004 abrió la lista de ICV en las legislativas, me pareció menos fresco que en otras ocasiones. Pero a lo largo del encuentro fue cargando las pilas y al final el noi de la bicicleta -como lo bautizó con una mezcla de envidia y ninguneo un amigo-enemigo de la izquierda catalana- volvía a pedalear con fuerza.

Herrera enfatizó que vivimos un momento de cambio, «lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer». Lo viejo es el bipartidismo, que no llegó al 50% de los votos en las europeas. Pero en lo nuevo hay confusión. El voto a la izquierda de la socialdemocracia, que ha abdicado de su papel histórico al asumir la política económica europea (Zapatero en mayo del 2010 y Hollande rendido ante Merkel) se ha dividido entre el millón suplementario que han obtenido IU e ICV y los 1,2 millones de Podemos. Para Herrera la unidad de todo lo que hay a la izquierda de la socialdemocracia es una prioridad. Y el próximo paso pueden ser las elecciones locales. Si no hay acercamiento se dilapidarán energías.

El gran objetivo es gobernar y hay que estar atentos al serio aviso del 2011. El 15-M fue un ejemplo claro de movilización popular de indignación y protesta, pero unos meses después llegó la mayoría absoluta del PP. Vino a decir que el fraccionamiento de la izquierda puede garantizar el éxito electoral de la derecha. Su modelo -algo soprendente-, el Frente Amplio del presidente uruguayo Mujica, que estuvo exiliado en Barcelona.

Respecto a la Monarquía, Herrera no quiere «que todo cambie para que todo siga igual» y cree que el relevo en la jefatura del Estado exige una consulta previa. Llevamos demasiados años de una democracia sin consultas. Pero España también se mueve y ahí está la manifestación republicana de Madrid. Levanta acta de que la triple crisis -social, democrática y territorial- marca el fin de una etapa.

Siempre he sentido interés por el personaje. En la izquierda española es quizá el excomunista más militante y más elaborado. Su ecosocialismo -así hizo definir a las juventudes de ICV cuando las presidió- es más moderno y respetable que el poscomunismo confuso y con tics prehistóricos de Cayo Lara. Claro que el exceso de utopismo de ICV -construir con voluntad política un sistema económico más bondadoso- puede enervar. Y, llevado a la práctica, generar alguna catástrofe en las finanzas

públicas.

El referente alemán

Pero, al mismo tiempo, su referente alemán son Los Verdes, partido que encarna las aspiraciones de una clase media ecologista y que ha gobernado en coalición con el SPD.  Ahora Los Verdes mandan en Baden-Württemberg, uno de los estados alemanes más ricos, al que el president Mas ha puesto como modelo económico. Y en su reciente estancia en Barcelona su presidente, un ecologista moderado con experiencia de Gobierno, se entrevistó tanto con Mas como con Herrera. Además la candidata verde en las elecciones europeas fue la única que apoyó sin equívocos el derecho a decidir. Aquí se palpa que Herrera (acérrimo defensor de ese derecho pero no independentista) saca pecho de la ventaja moral que eso le da ante CiU.

Y pedaleó con mas fuerza al atacar las políticas conservadoras del PP, que quiere destruir a la izquierda desestructurando el sindicalismo y el poder local (los ayuntamientos), y de CiU. No duda en afirmar que su patria son los derechos ciudadanos y que eso no es compatible con privatizar Aigües del Ter-Llobregat. Hay que recuperar el impuesto de sucesiones más allá de lo que ERC ha pactado con CiU. Y hay más medidas que pueden aumentar los ingresos públicos, como dilatar el pago de los peajes en la sombra. Lo esencial es redistribuir para crecer más, porque somos el segundo país más desigual de Europa.