El futuro de un edificio simbólico de Sant Gervasi

Una Rotonda versátil

Un capitel entre los escombros.

Un capitel entre los escombros.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Xavier Trias celebró uno de sus actos electorales en la plaza de John F. Kennedy. Era el 10 de mayo del 2011, y el entonces candidato a la alcaldía versaba sobre movilidad, prometiendo transporte público gratis a los menores de 16 años. Cuando terminó su prédica, este diario le invitó a echar una ojeada al edificio de la Rotonda. ¿Qué pondría usted ahí? «Eso tiene que ser un hotel. Este barrio no necesita oficinas». Como aspirante, el peso de sus palabras era relativo. Pero si esa persona acaba recibiendo las llaves de la ciudad, puede que sus comentarios se convirtieran en sutiles órdenes. La finca, comprada por Núñez y Navarro en 1999 por 2.500 millones de pesetas, debía albergar despachos y una zona comercial en los bajos. Eso ha cambiado: la Rotonda es ahora versátil.

Alfredo Arribas encontró recientemente una foto de 1918 en la que se distingue un cartel de «servicio permanente de urgencias» en lo alto del inmueble. El arquitecto encargado del nuevo proyecto aporta este dato para introducir el nuevo rumbo del plan. «La finca siempre ha sido camaleónica, forma parte de su filosofía y se puede adaptar a diferentes usos. ¿Por qué no introducir alguna forma menos compacta desde el punto de vista de la funcionalidad?». Las opciones son variadas, dentro de unos límites y siempre manteniendo abierta la zona accesible desde la calle, con restauración y tiendas variadas. Una planta de apartamentos -quizás turísticos-; otra para albergar a empresas que busquen un valor añadido a través de su ubicación; quién sabe si un pequeño hotel... «No se trataría de un golpe de timón potente, pero la prudencia y la situación actual demandan que los usos estén más repartidos», comparte Arribas, que concreta que el dibujo no se modificará a pesar de esta renovada apertura de miras.

OTROS MENESTERES / La nueva orientación parece contar con cierta connivencia del ayuntamiento. Albert Civit, gerente de Urbanismo, se reunió antes de verano con la Plataforma Salvem la Rotonda con la intención de calibrar el sentir de este grupo de vecinos que llevan años oponiéndose al proyecto de Núñez y Navarro. La pregunta fue meridiana: ¿Cómo verían que el edificio fuera algo más que oficinas? Àngels García, la portavoz de este grupo, asegura que no tienen ningún problema en que el expresidente del FC Barcelona «saque el máximo partido a su inversión, siempre y cuando aporte más vida al barrio» y, sobre todo, no haga nada «al margen de la ley».

La plataforma, de hecho, está centrada en otros frentes. Tiene presentadas dos demandas -una en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya y otra en los juzgados de Barcelona- con las que pretende que el plan «se atenga a la normativa urbanística vigente». Esta asociación denuncia que el propietario ha derribado elementos catalogados y sostiene que el diseño de Arribas «supera la altura máxima regulada por el plan general metropolitano». Para demostrar sus tesis, reclamaron al juez que autorizara un peritaje independiente que ya ha sido presentado y que, según la portavoz de los vecinos, les da la razón, lo que pondría en entredicho no solo a la inmobiliaria, sino también al ayuntamiento, que podría haber concedido una licencia que quizás merecía un trato más restrictivo. En cualquier caso, y aún sin sentencia, los trabajos siguen, y ya se está construyendo el aparcamiento de cinco plantas.

Sobre los contenciosos, Arribas reclama que el foco se centre en su voluntad de «levantar una Rotonda abierta a la ciudad que sea positiva para todos». «Mantendremos la calidad del lugar, su versatilidad. Esto será un gran comodín para Sant Gervasi», concluye.