Episodio negro en una institución emblemática

Millet confiesa que se apropió de 1,6 millones del Palau de la Música

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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Fèlix Millet ha confesado. El dimisionario presidente del patronato de la Fundació Orfeó Català-Palau de la Música Catalana y su hombre de confianza y exdirector administrativo, Jordi Montull, reconocen en un escrito remitido al juez que investiga el presunto desvío de fondos haberse apropiado para fines particulares de 1.600.000 y 200.000 euros, respectivamente, de la entidad que hasta julio dirigían. A la vez, admiten que sacaron cantidades en efectivo de cuentas corrientes de la entidad para pagar gastos e incentivos sin factura. Los dos exaltos cargos han depositado en el juzgado los 1,8 millones de euros sustraídos. ¿El motivo? Lograr que se les apliquen las atenuantes de confesión, arrepentimiento –reconocen que se han equivocado– y reparación del daño.

La confesión de Millet y Montull es voluntaria y llega antes de que el juez Juli Solaz, que mantiene el secreto de las actuaciones, haya decidido si les imputa. El expresidente del Orfeó Català no se limita a ofrecer explicaciones sobre las acusaciones de la fiscalía de presunto desvío en el 2003 de 2,29 millones de euros, que salieron de cuentas corrientes en billetes de 500 euros, sino que explicita otras irregularidades y disposiciones de fondos de la fundación, aunque exculpa tanto a familiares como a otros directivos.

OBRAS EN SUS CASAS / Millet reconoce sin tapujos que desde el 2007 hasta el 2009 la Fundació Orfeó Català abonó el importe de obras hechas en inmuebles propiedad de su familia, ubicados en L’Ametlla del Vallès y en Barcelona. El importe total de estas facturas asciende a 1,3 millones de euros. Los proveedores, según la confesión, presentaban y cobraban las facturas en el mismo Palau y no podían sospechar porque Millet les explicó que el Orfeó le debía unas remuneraciones y que por motivos fiscales le interesaba hacerlo de esta manera.

El que fuera máximo responsable de la entidad cultural también admite que en los últimos años la fundación abonó gastos de viajes particulares efectuados por él y Montull con sus esposas e incluso hijos por un importe de otros 500.000 euros. La agencia, la habitual del Palau, pasaba la factura sin especificar destino y conjuntamente con otros viajes encargados por la entidad.

Un día antes de producirse el registro en el Palau de la Música, Millet compró en nombre del Orfeó y ante notario un local cercano al edificio modernista que era propiedad de una sociedad suya y de Montull, con la intención de obtener un cuantioso beneficio. En el 2005, la sociedad de Millet y su mano derecha adquirió el inmueble por 1,5 millones y cuatro años después lo vendió a la fundación por 3 millones. La operación se realizó sin el consentimiento de la junta del Orfeó. El mismo día del registro Millet decidió no cobrar los cheques y, a los pocos días, ofreció a los nuevos gestores de la entidad deshacer la operación y rescindir el contrato de compraventa.

Millet reconoce que en la gestión cotidiana del Palau de la Música siguió unos criterios equivocados, pero más de procedimiento que de fondo, y explica que para sacar adelante las actividades musicales y, especialmente, el proceso de rehabilitación y ampliación del templo de la música, las personas que colaboraban querían cobrar en efectivo, sin presentar factura alguna. De este sistema se beneficiaron intermediarios que reclamaban comisiones, personal jubilado que no podía declarar ingresos e incluso músicos. Los encargados de captar recursos económicos también cobraban una comisión de ese modo.

COMPLEMENTOS DEL SUELDO / El exdirectivo incide en que tanto él como Montull complementaron sus sueldos con incentivos en efectivo –bonos por buenos resultados– y a través de facturas giradas a nombre de sociedades suyas.

En otro escrito, Jordi Montull suscribe todo lo manifestado por Millet y añade que cuando Hacienda les requirió justificantes por la salida de 2,29 millones de euros en el 2003 se contactó con empresas para que emitieran facturan falsas.