FINAL FELIZ PARA UN INMUEBLE EMPANTANADO EN SANT ANTONI

La exsede de la ONCE tendrá gestión vecinal

El edificio en el que la ONCE tuvo su sede hasta el 2007, el miércoles.

El edificio en el que la ONCE tuvo su sede hasta el 2007, el miércoles. / periodico

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / Barcelona

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La colaboración público privada se entendía como la voluntad de alcanzar acuerdos con empresas para lograr un beneficio de ciudad que también le viniera bien a un particular.

La oferta, lanzada repetidamente por el alcalde desde que ocupara el cargo en julio del 2011, añadió este jueves un nuevo apéndice a la definición con la presentación de los usos que el ayuntamiento dará a la antigua sede de laONCE, en Calàbria 66, adquirida por la ciudad en marzo del 2011 tras cuatro años en desuso.

Cerca de 1.500 de los 6.733 metros cuadrados de que dispone la finca serán gestionados por las entidades sociales del barrio deSant Antoni, que reunidas en una plataforma llevan un lustro pidiendo que este inmueble alivie la carencia de equipamientos que, sostienen, padece el barrio.

Proyecto

Xavier Triasfue el encargado de presentar este jueves este proyecto que espera ver la luz entre finales del 2014 y principios del 2015. La finca fue adquirida en el 2011 por 17 millones de euros y ahora será necesario invertir otros 10 para ponerla a tono.

Un total de 27 millones de euros que cerrarán un capítulo de esta historia que arrancó todavía en tiempos deJordi Hereu, que en sus últimos coletazos como director de orquesta decidió realizar la compra para contentar aJordi Portabella (ERC), que exigía la operación para apoyar los presupuestos municipales.

"Modelo de futuro"

El 40% del edificio se usará para fines vecinales y educativos. Este espacio incluirá un teatro auditorio, aulas, zonas polivalentes y almacenes, pero también el centro de formación para adultosPere Calders y un centro de normalización lingüística.

Gerard Ardanuy, concejal del Eixample, definió el sistema de gestión como un partenariado público-privado social, un planteamiento que, en tiempos de crisis como el actual, describió como un "modelo de futuro". El alcalde añadió que sería un "gravísimo error" no aprovechar la colaboración con el "tejido asociativo del barrio de Sant Antoni".

El  60% restante se destinará a dependencias municipales, con 4.030 metros cuadrados que acogerán la dirección de atención ciudadana y la empresa públicaBarcelona de Servicios Municipales (BSM), que gestiona, entre otras cosas, elparque de atracciones del Tibidabo, elBicingy la red de aparcamientos públicos.

El traslado de estas oficinas permitirá al ayuntamiento ahorrarse 1,5 millones de euros anuales, que es lo que cuesta el alquiler de los despachos que ocupaBSMen laVila Olímpica ySabino Arana.

Mantener la crítica

Pep Sala, portavoz de la plataforma Calàbria 66 y presidente de la asociación de vecinos de Sant Antoni, agradeció que el edificio empiece a dejar atrás estos cinco años de abandono y, al margen de admitir ciertos riesgos de que la gestión vecinal se haga desde el voluntariado, adelantó que los vecinos mantendrán su espíritu "crítico con el poder". El alcalde, por su lado, reafirmó su compromiso: "Cumpliremos lo acordado".