La larga precampaña remata la funeraria pública de Colau

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Toni Sust

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La funeraria pública de Ada Colau ha muerto ya tres veces antes de llegar a nacer, con la particularidad de que no siempre la mata lo mismo: a veces es ERC, a veces el PSC. También podría considerarse que la causa del fatal desenlace es la imposibilidad de Barcelona en Comú para lograr apoyo. A un año de las elecciones municipales, parece que no queda opción de salvar la empresa en este mandato. La iniciativa fue acuñada para combatir el elevado coste de los entierros, que el consistorio cifró en más de 6.000 euros de media. Y cómo de la luz verde del pleno dependía también la fórmula barata de entierros por 1.800 euros pactada por ERC y Colau en enero, que debía ser aplicada a partir de junio, esta opción también se puede dar por enterrada. No es fácil luchar contra los símiles facilones entre la funeraria y la muerte, a la vista de que el proceso ha sido una agonía

El concejal de Presidencia, Eloi Badia, que ha llevado el asunto se muestra pesimista: "Parecía que ya lo teníamos. Pero el PSC de descolgó en enero con su negativa, después de haber votado a favor de la funeraria en comisión". Badia se topó primero con la oposición de los republicanos y después –después de que el PSC fuera expulsado del gobierno por Colau- con la de los socialistas. "La sensación es que se dijeron: 'Tú tumba el tranvía que yo tumbo la funeraria'", aventura.

El 15% de Mémora

La primera ‘muerte’ de la funeraria pública tuvo lugar en abril del 2017, cuando fue retirada del orden del día del pleno ante la constatación de que sería rechazada. Aquello sucedió porque los republicanos advirtieron de que su ‘no’ era inamovible. El grupo de Alfred Bosch no estaba de acuerdo entonces con el plan del ayuntamiento, que quería y quiere vender el 15% que posee de la empresa funeraria Mémora para operar como sociedad pública. Los republicanos decían que los seis velatorios previstos no serían suficientes para influir en el precio de mercado y abogaban por la adquisición de un 36% que diera al consistorio la mayoría en la sociedad existente. El gobierno replicó que era una operación económica inviable.

En noviembre pasado, hubo un segundo intento. Para entonces, ERC seguía lejos de apoyar la funeraria y el PSC se acercaba a toda velocidad al rechazo a la iniciativa. Sabedora de que perdería si la mantenía, Colau retiró el tema del orden del día.

Después de fiestas

En enero, cuando la alcaldesa negociaba con el PDECat y con ERC para lograr su abstención a los presupuestos, se forjó el tercer intento. Los republicanos anunciaron un acuerdo: explicaron que habían pactado con Colau una fórmula barata de entierros, por 1.800 euros, que se podría aplicar seis meses después, es decir, a partir de junio, mientras no operaba todavía la nueva funeraria. Pero esta semana, a 15 días para la fecha señalada, en ERC se preguntaban por qué nadie daba señales de vida. La respuesta de Badia es la ya citada: no tiene sentido intentarlo sabiendo que el PSC dirá que no.

Bajar los precios

“Desde principios del mandato estamos pidiendo que de una manera u otra se bajen los precios. En enero, llegamos al acuerdo sobre este tipo de entierro barato hasta que funcionara la funeraria. Decían que en Montjuïc se podría hacer incluso antes de junio. Este mes nos advirtieron de que sin el apoyo del PSC no podría ser”, explica la concejala de ERC Trini Cadpevila, que apostilla: "Igual soy inocente, pero yo creo que Badia tenía intención de sacar el tema adelante. Seguiremos insistiendo en que no hay garantía si el servicio no es público".

Por el PSC, la concejala Carmen Andrés ofrece una visión diferente de por qué su partido ha cambiado de opinión sobre la funeraria: "Votamos a favor en comisión para dar todos los pasos para su creación. Y de golpe, el gobierno sale con el acuerdo con ERC sobre el entierro barato. No nos gustó. Además, el gobierno aprobó la subida de un 16% de los precios en los servicios mínimos de Mémora, ya que está en su consejo de administración". Mientras Barcelona en Comú subraya que el PSC no quiere la funeraria, la concejala Andrés le devuelve la pelota: "¿Quieren o no la funeraria? No lo tenemos claro". El último símil: entre todos la mataron y ella sola se murió.

Las tarifas baratas y el sector privado

Las principales empresas del sector funerario local, Mémora y Áltima, han estado desde el primer momento contra el proyecto de la funeraria municipal. De entrada, negaron que los precios ronden las cifras que maneja el consistorio: sostienen que el precio medio es muy inferior a los 6.000 o 7.000 euros. Cuando Barcelona en Comú y ERC apostaron por la tarifa reducida, las empresas advirtieron de que ya ofrecían entierros por 1.800 euros. La concejala de ERC Trini Capdevila cuenta que en septiembre, cuando falleció un familiar suyo, no encontró estas ofertas, y agrega que conoce el caso de una persona que, ya en el 2018 la pidió. Sí le ofrecieron el precio ajustado, pero le anunciaron que para acceder a la capilla, además del recargo previsto, debería esperar cinco días para el entierro. En suma, Capdevila sostiene que la tarifa reducida privada no resulta accesible y no resuelve el problema del coste. “Solo un servicio público lo resolverá”. La socialista Carmen Andrés considera que el gobierno, con su 15%  de participación en Mémora, podría forzar que se dé a conocer la fórmula barata del sector privado.