POLÉMICA EN SANT MARTÍ

Masiva huelga de terrazas de bares en la Rambla del Poble Nou

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cmontanyes33652338 barcelona barcelon s 24 04 2016 sociedad hu160424181526 / DANNY CAMINAL

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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Las sombrillas abiertas, las mesas y las sillas apelotonadas unas encima de otras y varias pancartas colgadas entre los troncos de los árboles para que los transeúntes, la mayoría familias con niños en patines, se enteren de que la huelga de terrazas convocada este domingohuelga de terrazas por los restaurantes, bares y cafeterías de la Rambla de Poblenou tiene como fin "defender empleos". De los 56 locales dedicados a la restauración que se encuentran en el paseo solo tres no secundaron el paro por tratarse de espacios a los que no les afecta la medida propuesta por el Ayuntamiento de Barcelona de reducir en más de un 33% el número de mesas para reordenar la zona y favorecer la convivencia vecinal, sobre todo en horarios nocturnos.

Las terrazas cerradas perdieron los ingresos propios de un primaveral domingo soleado, en el que los vecinos del barrio y los turistas que se alojan en hoteles cercanos se escapan a tomar unas tapas o a hacer el vermut en esa tranquila rambla que en algunos tramos es peatonal. La avenida aglutina comercios y establecimientos con un pasado muy vinculado a la vida social del Poblenou, como Can Recasens que, desde el 2001, es una bodega especializada en vinos, quesos y embutidos, pero durante tres generaciones de la misma familia fue la charcutería y la carnicería más concurrida del barrio.

"Estamos pendientes de si nos aprueban la licencia para tener siete mesas en la rambla, de mayo a octubre, como los últimos dos años, pero si se aplica la nueva normativa solo dispondremos de cuatro y tendremos que prescindir del camarero que contratamos cada año durante los meses de verno", expone Edgar Gago, gerente de Can Recasens, de la cuarta generación de la familia fundadora. Para él, la rambla con las terrazas cerradas da pena. "Qué triste, nos comentan todos los clientes. Hasta hay menos gente paseando que otros domingos", señala Gago.

FIRMAS DE APOYO

Para buscar el apoyo del vecindario, los dos locales con más mesas, la horchatería El Tío Ché y el bar de tapeo Can Toni, conocido por sus patatas pelotón, han impulsado una campaña de recogida de firmas para que el distrito de Sant Martí no reduzca el número de mesas al aire libre en esta rambla, pero especialmente en la zona más afectada que abarca de Pere IV a Taulat, donde el recorte alcanza a una tercera parte de su volumen. Ayer superaron las 6.000 firmas. "La propuesta del ayuntamiento es irracional. A mí me quitan el 60% de las mesas. De 20 quieren que pase a ocho. No es viable. Con ello perdemos puestos de trabajo. Tengo ocho personas fijas y cuatro autónomos, pero en verano contrato a tres eventuales. Sin ingresos, no será posible", argumenta Antonio Ramos, propietario de Can Toni, que insiste en que está dispuesto a perder el 20%. "Más no", agrega.

El gobierno quiere que en cada 100 metros se instalen solo 40 mesas. "Se piensan que somos la Rambla o el paseo de Gràcia. Y se equivocan. Ponen problemas donde no los hay. Aquí no hay aglomeraciones. Lo único que conseguirán es que subamos los precios, algo que a quién más perjudica es a los vecinos. Ahora una cerveza en la terraza cuesta 2,10 euros, si nos quitan mesas tendremos que servirla más cara", afirma Ramos, que ha colgado en su local el cartel de "Se traspasa", como tantos otros, con el fin de alertar al vecindario de su lucha contra esta normativa.

Una de las medidas que más asombra a Ángel Gil, un vecino de Poblenou, es que se prohiba que en la parte de la rambla que se sitúa delante del colegio Asunción no se puedan instalar mesas. "Si llevan más de 30 años allí. La salida no dura más de media hora", explica Gil. Ramos comenta que hasta las monjas y los profesores han firmado la carta titulada 'Les taules de la Rambla de Poblenou estan a la corda fluixa'.