La Rambla del Poblenou convoca huelga de terrazas todo el domingo

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PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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La perspectiva de perder casi un tercio de sus mesas en el tramo más concurrido de la Rambla del Poblenou ha llevado a los empresarios de restauración a una acción tan drástica y sorprendente como una huelga de terrazas este domingo. Una medida que les supondrá renunciar a la facturación de un día punta de terraceo, pero con la que quieren mostrar su disconformidad con los planes del ayuntamiento para reordenar la zona.

Esa rambla, que suma 56 veladores y algunos tramos muy saturados, forma parte de la treintena de espacios singulares que cuentan con una normativa específica en el marco de la controvertida ordenanza general de terrazas de Barcelona. Según fuentes del distrito de Sant Martí, representan 462 mesas y 1.848 sillas autorizadas, aunque suele haber más. Una selva de mobiliario urbano que no ha dejado de crecer en los últimos años tras la ley antitabaco, la crisis y el boom turístico del barrio, y que afecta al descanso vecinal, argumentan residentes y consistorio. 

Según detalla el ayuntamiento, está previsto reducir en un 20% el total de mesas del eje (de una longitud similar a la rambla de Catalunya) antes del verano, aunque en la zona caliente, de Pere IV a Taulat, el recorte alcanza a una tercera parte de su volumen. La propuesta municipal, presentada recientemente al sector, redistribuye los veladores fijando 40 mesas en tramos de 100 metros. El objetivo es frenar la sobreocupación y hacerlo más compatible con el uso ciudadano, esgrimen.

PUGNA DE INTERESES

La reordenación proyectada despeja chaflanes, limita atriles y establece parasoles no anclados. Cumple con muchas de las peticiones de la plataforma vecinal Fem Rambla y su proceso participativo, explican fuentes de este colectivo, de cara a "favorecer la convivencia". No obstante, los vecinos piden agregar un recorte de horario y recursos de inspección.

Pero al otro lado, los operadores históricos consideran exagerada la amputación, ya que quienes tienen 20 mesas, por ejemplo, las verán limitadas a ocho. Antoni Ramos, presidente de la Associació d'Hostalaria de la Rambla del Poblenou, asegura que están dispuestos a reducir mesas, pero sin llegar al 60% que plantea el ayuntamiento, y que afectaría también al Tio Che, la mayor de todas. También discrepan de la distribución, y de la ubicación de las mesas respecto a algunos negocios. Ramos culpa al consistorio de haber dado un exceso de licencias de bares entre el 2012 y el 2014 (se incrementaron un 50%) potenciando la saturación que ahora quieren corregir a su costa. El plan de usos puso el freno en el 2014, pero ya era tarde.

Se da la circunstancia, además, de que tras la moratoria de terrazas 12 negocios aguardan para poder montar un velador, al que tienen derecho. Por tanto, además de reducir el global de mesas será necesario repartir juego entre todos para que los nuevos cuenten con al menos cuatro.

En señal de protesta, y de cara a las reuniones que ahora deberán mantener ayuntamiento y afectados, unos cuarenta locales exhiben hace tres días carteles de "se traspasa". Los agremiados, que son mayoría, han convocado una huelga el domingo y han recogido miles de firmas. Pondrán las mesas pero mantendrán las sillas apiladas, dejando la rambla huérfana de vermut y tragos a la fresca. El Gremi de Restauració cree que basta con una reubicación y prepara alegaciones en contra.